jueves, septiembre 22, 2011

Primer día en Quilla (¿o Killa?)

La salida del puerto  ayer en la tarde a una hora pico hizo sudar -aunque estuviera dentro de un bus "climatizado"- al director de la Expedición Padilla, Alberto Abello, quien no quería llegar tarde a la instalación de la Cátedra Julio Enrique Blanco de la Universidad del Atlántico, que se iniciaba a 18:30 en el teatro de Bellas Artes. De algún modo el conductor se las arregló para llegar pronto al Hotel Puerta del Sol, y toda la tropa de expedicionarios estuvo registrada y lista a tiempo.


Yo tuve que quedarme en casa trabajando y no pude asistir a la conferencia del historiador Jorge Conde, pero me cuentan que cuando este terminaba de hacer su conferencia sobre José Padilla, las armas y las letras, una señora notabla, de avanzada edad, pidió la palabra. 


Llevaba, me dicen, unos papeles en la mano que leyó con voz pausada pero enérgica, aunque el temblor de sus manos delataba su emoción. Se trataba de doña Margoth Pachón Padilla viuda de Delgado, biznieta legítima del general José Prudencio Padilla. 


Aunque la señora se mostraba molesta con el historiador por algunas afirmaciones que hacía y de repente el ambiente se sintió un poco tenso, la actitud de la alcaldesa de Cartagena Judith Pinedo transformó el momento en la  agradable sorpresa de dar con una descendiente directa del Almirante de la Independencia cartagenera. 


No importa que la señora diga que la madre de José Prudencio no fue una wayúu sino una blanca, o que su versión contradiga la que ha venido impulsando la Alcaldía de Cartagena y que propone llamar José a secas al héroe mestizo. "Sí se llamaba Prudencio, como su abuelo", la escuché decir esta mañana en el homenaje de la Armada. "Lo que pasaba es que firmaba José Padilla porque decía que el Prudencio no iba con su personalidad". Lo que importaba era escucharla, respetando la autoridad de quien porta una tradición oral.
Doña Margoth Pachón Padilla Vda de Delgado


Enseguida las cámaras y grabadoras se dirigieron a doña Margoth y
registraron sus preocupaciones, esta mañana fue invitada especial a la ofrenda floral que ofreció la Expedición ante su estatua.


(Confieso que yo no sabía, siendo que me precio de conocer esta ciudad, dónde quedaba esta escultura de cemento del general Padilla, inmerecidamente modesta en estética y en materiales. Está en la carrera 59B con calle 99).


Esta noche es la esperada apertura de dos exposiciones -Exposición Fidalgo y Goletas de Providencia, y el lanzamiento de dos libros, de José Polo y Joaquin Francisco Fidalgo.  

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