martes, diciembre 31, 2013

Cosecha del 2013

Por estos días queremos recordando algunas de las páginas de este blog en el año que termina, como un ejercicio de memoria y de balance personal de los hechos que tuvimos en la ciudad y algunas de las preocupaciones, luchas y celebraciones que tuvieron lugar y tiempo en ésta la "Capital Americana de la Cultura".

El año 2013 comenzó con el registro del VII Carnaval de las Artes y una entrevista a sus creadores, Heriberto Fiorillo y Efraim Medina Reyes, sobre las entretelas de la organización de un evento internacional que ya se posicionó como uno de los más importantes celebrados en el Caribe colombiano:

http://cantaclaro.blogspot.com/2013/02/un-carnaval-para-aceitar-la-imaginacion_7.html

En el mes de marzo estuvimos celebrando el nacimiento de un nuevo evento en la agenda cultural, como es el FicBaq, el Festival de Cine de Barranquilla, que organiza la Fundación Cámara Oscura:

http://cantaclaro.blogspot.com/2013/03/barranquilla-estrenara-festival-de-cine.html


En abril hicimos eco a dos peticiones que personas del sector cultural y el Consejo Distrital de Literatura le habían formulado a la Alcaldesa de Barranquilla, Elsa Noguera y que hasta esa fecha no habían tenido respuesta. La primera, que nunca fue respondida, se refería a la necesidad de que la ciudad contara con un espacio de discusión permanente y abierto sobre el Carnaval de Barranquilla, a 10 años de cumplirse su declaratoria como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y la segunda le pedía evitar la pérdida de la casa de Meira del Mar:

http://cantaclaro.blogspot.com/2013/04/cartas-y-mas-cartas.html


En julio reproducimos una publicación de Patricia Iriarte en la revista Latitud de el Heraldo sobre el tema de la casa de Meira, y reseñamos, días más tarde, el Seminario Internacional de Estudios del Caribe:

http://cantaclaro.blogspot.com/2013/07/la-casa-de-meira-o-la-miopia-de-la.html

http://cantaclaro.blogspot.com/2013/07/xi-seminario-internacional-de-estudios.html

Septiembre fue un mes de luto para la Literatura, con mayúsculas, por la muerte del escritor colombiano Álvaro Mutis, a quien le hicimos desde estas páginas un pequeño homenaje:

http://cantaclaro.blogspot.com/2013/09/recordando-mutis.html



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Poesía reunida & 19 poemas en su nombre

También teníamos pendientes varios registros -que no reseñas- en estas páginas virtuales de algunas de las novedades editoriales que llegaron a este blog durante el 2013. Publicaciones que merecen destacarse, ya sea en el ámbito literario, musical o cultural en general.

Comenzamos con este título de la editorial Letra a Letra, un sello que irrumpió en la escena nacional hace tres años con el volumen Colombia en la poesía colombiana. Los poemas cuentan la historia, un compendio crítico y diacrónico de poemas de autores nacionales seleccionados por su relación con hitos, momentos o procesos históricos de la nación, desde la época prehispánica.

En este año, para conmemorar los 10 años del deceso de María Mercedes Carranza, Letra a Letra publicó Poesía reunida & 19 poemas en su nombre,  en una edición impecable que estuvo, como siempre, al cuidado de la exquisita Luz Eugenia Sierra. Un volumen de 200 páginas con guardas vinotinto y cuadernillo de fotos que reúne toda la producción de la Carranza e incluye cinco poemas inéditos de ella y 19 textos que le fueron dedicados por otros tantos poetas colombianos. Como este de Juan Manuel Roca.


Paisaje del desencanto


Al asomarse a la ventana
Encuentra que se robaron el paisaje.
Mira el techo de la alcoba
Y en vez de la lámpara de lágrimas
El cielo filtra la luz que agoniza.
Se asoma al espejo y ve caer
La estrella rota de la melancolía.
Divisa una casa en ruinas,
Un país de cielos abolidos
Y gentes que guardan en cajas de cartón
Un pedazo azul de lejanía.
La soledad,
Que es estar en los ojos de ninguno,
Termina por fraguar su negro muro.
Un oculto inquilino
Le sirve el té en un salón de mascarones.
Sin paisaje, sin ojos en sus ojos,
Niña en un tren sin regreso,
Se ve despidiendo amigos
envueltos en el cedro del olvido.
Busca entonces
La puerta de emergencia,
La abre y cierra como una flor marchita.




Profesión de fe

Apartes de la reseña realizada por Patricia Iriarte para la revista viacuarenta, del más reciente libro de esta poeta venezolana que estuvo en la ciudad invitada al Festival Internacional de Poesía PoemaRío:

"Betsimar Sepúlveda quiere y puede decir lo que le susurra el alma y lo que sienten las plantas de sus pies cuando se unen a la tierra. Por eso, en “Profesión de fe” se permite la fantasía, la cotidianidad y su sublimación, la declaración de amor y la lealtad a la memoria. Se permite profesar su fe y al mismo tiempo subvertirla; se permite todo a fin de “concretar lo fugitivo”, como dice Cobo Borda en su prólogo; pero se permite más, se permite bajar al sueño y extraer de él su mensaje cifrado para traducirlo a la poesía."

De este volumen, el poema XXII


Miguel tiene quince años, hay quienes afirman
que sólo habla el dialecto de las cigarras.
Pasa el día imitando con su cuerpo contrahecho el vuelo
de la libélula.
Miguel lleva siempre un zurrón donde guarda las
mariposas y los cocuyos,
para soltarlos en su pequeña habitación y soñarse
monarca del aire, verde y alado.
Esta mañana han llegado los muchachos de la ciudad.
Desde el despeñadero se arrojan al cielo en sus ícaros
enormes y coloridos
Miguel los ve elevarse, giran en vuelos circulares,
ascienden ligeros, brillantes, infinitos.
Miguel corre bajo sus sombras y se detiene al filo al
abismo
ha llegado el tiempo de su despegue.
Miguel abre su bolsa y salen cientos de abejas, cocuyos,
mariposas, libélulas y cigarras.
El viento sopla y empuja al niño zoomorfo.
Miguel se extiende y es azul
Miguel sonríe y es perfecto
Miguel ha ascendido de la tierra
Miguel vuela.

domingo, septiembre 29, 2013

Recordando a Mutis


Alvaro Mutis, poeta y narrador
Bogotá, 1923 – Ciudad de México, 2013

Para los escritores y lectores de mi generación, que transitamos los caminos intelectuales de la izquierda, Alvaro Mutis fue una especie de escritor tabú, no sólo por representar a una burguesía soberbia, orgullosa en su condición privilegiada,  sino por haberse declarado públicamente amigo de la monarquía. Decir aquello en una época de revoluciones, pero en especial de los años 80 para acá, era un anatema. La militancia de ese entonces tomó aquello al pie de la letra y declaró a Mutis como el amigo facho de Gabriel García Márquez.  Para mí, como poeta, era difícil sobreponer las consideraciones políticas a las literarias, así que decidí desobedecer la censura tácita que pesaba sobre su obra y empecé a acercarme a ella leyendo todo lo que salía en revistas y  publicaciones periódicas. Luego compré por primera vez un libro de Mutis, La última escala del Tramp Steamer, que absorbí de un tirón, y años después el cine nos reveló esa bella historia que es Ilona llega con la lluvia, magníficamente contada por Sergio Cabrera. Entonces estaba lista para adentrarme más en su poesía, y nada mejor para eso que la selección publicada por Procultura en 1985 bajo el cuidado de Santiago Mutis, con la poesía publicada hasta ese momento por el escritor bogotano.  De allí escogí los primeros poemas de Mutis que entraron a formar parte de mis favoritos, y algunos de los cuales comparto con ustedes en esta entrada. 

Pero antes, unas líneas para decir que cuando me encontré en Mutis con esas descripciones galopantes de las selvas y pantanos tropicales, con ese asombro por los insectos, con ese sentimiento de derrota ante la corrosión del tiempo, no pude dejar de pensar en su antepasado el botánico, que arrastró su hábito de religioso por las mismas selvas, páramos y lodazales que el joven escritor vería después, en su afán por describir las plantas americanas. Ahora caigo en la cuenta de que si aquel Mutis José Celestino trascendió por su expedición a la flora colombiana, este Mutis Alvaro que acaba de morir trascendió por hacer de la poesía su personal expedición al lenguaje. No fueron sus ideas políticas ni su amistad con escritores ilustres, sino su trabajo de gaviero en las letras hispanoamericanas.

Patricia Iriarte



Soledad

En mitad de la selva, en la más oscura noche de los grandes árboles, rodeado del húmedo silencio esparcido por las vastas hojas del banano silvestre, conoció el Gaviero el miedo de sus miserias más secretas, el pavor de un gran vacío que le acechaba tras sus años llenos de historias y de paisajes. Toda la noche permaneció el Gaviero en dolorosa vigilia, esperando, temiendo el derrumbe de su ser, su naufragio en las girantes aguas de la demencia. De estas amargas horas de insomnio le quedó al Gaviero una secreta herida de la que manaba en ocasiones la tenue linfa de un miedo secreto e innombrable. La algarabía de las cacatúas que cruzaban en bandadas la rosada extensión del alba, lo devolvió al mundo de sus semejantes y tornó a poner en sus manos las usuales herramientas del hombre. Ni el amor, ni la desdicha, ni la esperanza, ni la ira volvieron a ser los mismos para él después de su aterradora vigilia en la mojada y nocturna soledad de la selva.




Un bel morir


De pie en una barca detenida en medio del río
cuyas aguas pasan en lento remolino
de lodos y raíces,
el misionero bendice la familia del cacique.
Los frutos, las joyas de cristal, los animales, la selva,
reciben los breves signos de la bienaventuranza.
Cuando descienda la mano
habré muerto en mi alcoba
cuyas ventanas vibran al paso del tranvía
y el lechero acudirá en vano por sus botellas vacías.
Para entonces quedará bien poco de nuestra historia,
algunos retratos en desorden,
unas cartas guardadas no sé dónde,
lo dicho aquel día al desnudarte en el campo.
Todo irá desvaneciéndose en el olvido
y el grito de un mono,
el manar blancuzco de la savia
por la herida corteza del caucho,
el chapoteo de las aguas contra la quilla en viaje,
serán asunto más memorable que nuestros largos abrazos.




Breve poema de viaje

Desde la plataforma del último vagón
has venido absorta en la huida del paisaje.
Si al pasar por una avenida de eucaliptos
advertiste cómo el tren parecía entrar
en una catedral olorosa a tisana y a fiebre;
si llevas una blusa que abriste
a causa del calor,
dejando una parte de tus pechos descubierta;
si el tren ha ido descendiendo
hacia las ardientes sabanas en donde el aire se queda
detenido y las aguas exhiben una nata verdinosa,
que denuncia su extrema quietud
y la inutilidad de su presencia;
si sueñas en la estación final
como un gran recinto de cristales opacos
en donde los ruidos tienen
el eco desvelado de las clínicas;
si has arrojado a lo largo de la vía
la piel marchita de frutos de alba pulpa;
si al orinar dejaste sobre el rojizo balasto
la huella de una humedad fugaz
lamida por los gusanos de la luz;
si el viaje persiste por días y semanas,
si nadie te habla y, adentro,
en los vagones atestados de comerciantes y peregrinos
te llaman por todos los nombres de la tierra,
si es así,
no habré esperado en vano
en el breve dintel del cloroformo
y entraré amparado por una cierta esperanza.




Cada poema

Cada poema un pájaro que huye
del sitio señalado por la plaga.
Cada poema un traje de la muerte
por las calles y plazas inundadas
en la cera letal de los vencidos.
Cada poema un paso hacia la muerte,
una falsa moneda de rescate,
un tiro al blanco en medio de la noche
horadando los puentes sobre el río,
cuyas dormidas aguas viajan
de la vieja ciudad hacia los campos
donde el día prepara sus hogueras.
Cada poema un tacto yerto
del que yace en la losa de las clínicas,
un ávido anzuelo que recorre
el limo blando de las sepulturas.
Cada poema un lento naufragio del deseo,
un crujir de los mástiles y jarcias
que sostienen el peso de la vida.
Cada poema un estruendo de lienzos que derrumban
sobre el rugir helado de las aguas
el albo aparejo del velamen.
Cada poema invadiendo y desgarrando
la amarga telaraña del hastío.
Cada poema nace de un ciego centinela
que grita al hondo hueco de la noche
el santo y seña de su desventura.
Agua de sueño, fuente de ceniza,
piedra porosa de los mataderos,
madera en sombra de las siemprevivas,
metal que dobla por los condenados,
aceite funeral de doble filo,
cotidiano sudario del poeta,
cada poema esparce sobre el mundo
el agrio cereal de la agonía.



Una palabra

Cuando de repente en mitad de la vida llega una palabra jamás antes pronunciada,
una densa marea nos recoge en sus brazos y comienza el largo viaje entre la magia recién iniciada,
que se levanta como un grito inmenso hangar abandonado donde el musgo cobija las paredes,
entre el óxido de olvidadas criaturas que habitan un mundo en ruinas, una palabra basta,
una palabra y se incicia la danza pausada que nos lleva por entre un espeso polvo de ciudades,
hasta los vitrales de una oscura casa de salud, a patios donde florece el hollín y anidan densas sombras,
húmedas sombras, que dan vida a cansadas mujeres.
Ninguna verdad reside en estos rincones y, sin embargo, allí sorprende el mudo pavor
que llena la vida con su aliento de vinagre-rancio vinagre que corre por la mojada despensa de una humilde casa de placer.
Y tampoco es esto todo.
Hay también las conquistas de calurosas regiones donde los insectos vigilan la copulación de los guardianes del sembrado que pierden la voz entre los cañaduzales sin límite surcados por rápidas acequias y opacos reptiles de blanca y rica piel.
¡Oh el desvelo de los vigilantes que golpean sin descanso sonoras latas de petróleo
para espantar los acuciosos insectos que envía la noche como una promesa de vigilia!
Camino del mar pronto se olvidan estas cosas.
Y si una mujer espera con sus blancos y espesos muslos abiertos como las ramas de un florido písamo centenario,
entonces el poema llega a su fin, no tiene ya sentido su monótono treno
de fuente turbia y siempre renovada por el cansado cuerpo de viciosos gimnastas.

Sólo una palabra.
Una palabra y se inicia la danza
de una fértil miseria.












http://cvc.cervantes.es/actcult/mutis/obra/

Aquí, La muerte del capitán Cook, en la voz del poeta:

Poema en audio: La muerte del capitán Cook de Alvaro Mutis por Alvaro Mutis


domingo, agosto 11, 2013

Adolfo Mejía

Cantaclaro reproduce la columna de Miguel Iriarte sobre el músico sinceano Adolfo Mejía Navarro, publicada por la revista virtual Las 2 Orillas el 27 de julio de 2013, y la complementa con un enlace al relato que hiciera su padre, Fernando Iriarte, sobre la infancia de Mejía,  publicado por el blog dedicado a Mejía de la página soysince.com




Es casi seguro que la gran mayoría de colombianos que tengan la oportunidad de leer esta columna hoy no se sientan interpelados por el nombre de Adolfo Mejía. No es extraño tampoco que muchos jóvenes y adultos del Caribe colombiano vinculados inclusive a la música en sus distintos niveles tengan una idea clara de qué representa ese nombre para la música nacional y para la música latinoamericana.

Es posible, inclusive, que en el propio San Luis de Sincé, el pueblo de Sucre donde nació en febrero de 1905, y en donde habita un busto ubicado en la plaza principal, las últimas generaciones y los visitantes no lo reconozcan ni sepan de quién se trata, porque desde hace mucho tiempo alguien arrancó de su pedestal la placa que lo identificada.

Hace algunos años, cuando en febrero de 2005 se cumplieron los cien años de su natalicio, muchos colombianos  se sorprendieron con una alusión que en ese momento hiciera Daniel Samper Pizano de nuestro personaje en su columna de El Tiempo,  reclamando, como de alguna manera lo hacemos hoy nosotros, la atención y el conocimiento que el país, pero especialmente el Caribe colombiano, debe prestar a una de las inteligencias musicales más destacadas de la cultura nacional. Una figura que no ha contado con la difusión más que merecida de su vida y de su obra musical y poética, tal vez por esa grave imposibilidad que padecemos en nuestra región de reconocernos en lo fundamental; por la tendencia, en cambio, a  entregarnos sin reserva solo a lo ruidoso y efectista, dejando de lado todo aquello que nos requiere introspección y nos reclama serenidad del pensamiento para detenernos a mirar más allá de la caricatura de nosotros mismos.

Por estos días del Festival Internacional de Poesía en el Caribe, PoeMaRío, de manera casual nos hemos encontrado con un par de interpretaciones de Mejía insertadas en los recitales de este festival, interpretadas por dos jóvenes músicos de Barranquilla: una pianista que tocó su famosa danza Pincho y un guitarrista que tocó uno de esos bambucos con los que Mejía, un hombre del Caribe, hacía honores a la música popular de los Andes colombianos. Yo, que conté con la suerte de disfrutar desde pequeño de la música y de las historias de Adolfo Mejía, por entrañables razones familiares que ahora no daré, empecé a pensar en que es posible que el nombre de Mejía ya esté empezando a tocar de una forma distinta a las puertas de una nueva generación de nuestros músicos.

Pero no me hago ilusiones. Porque lo que es cierto, y duele, es que hoy por hoy a Mejía se le conoce, se lo interpreta y se lo estudia mucho más, y con mayor empeño y seriedad, en las facultades y academias musicales del interior del país, que en las instituciones análogas del Caribe colombiano. Y es imperativo que en todos los centros culturales y las escuelas de nuestra región se conozca y se sienta la importancia de un artista que representa de manera extraordinaria la música colombiana en el concierto del nacionalismo musical latinoamericano, al lado de Ginastera en Argentina; Cervantes o Saumell en Cuba; Chávez o Revueltas en México;  y Villalobos en Brasil.

Su música está animada de manera clara y reconocida como una música que fundamenta su esencia y su estructura en los motivos de nuestra música popular, a la que estuvo vinculado desde los seis años de edad cuando aprendió de su padre, el músico y orfebre momposino Adolfo Mejía Valverde, los rudimentos del tiple y la guitarra, o bien en los motivos centrados en los aspectos culturales propios de la herencia española y europea de nuestro mestizaje cultural producto de su búsqueda permanente de nuevas formas y sonidos; pero ante todo resume un abierto y exquisito espíritu humanista de una amplia cultura construida a partir de la lectura, sus viajes y el estudio de la música y de las lenguas extranjeras.

Primicias, su primera obra, fue compuesta a los escasos trece años de edad, y desde ese momento Adolfo Mejía empieza a escribir una historia artística que debería tenerse hoy como modélica. Su obra es extensa y aún desconocida, a pesar de que nuestras principales orquestas sinfónicas y filarmónicas del país, tan escasas, tienen en sus repertorios algunas de sus piezas más representativas, y pianistas destacadas como Teresita Gómez y Helvia Mendoza sean las principales intérpretes de su obra pianística.

Pero Mejía es mucho más. Es uno de los hombres que mejor representa una idea sana e inteligente de esto que hoy por hoy hemos dado en llamar nuestra cultura del Caribe. Y hay que conocerlo, reconocerlo y reactualizarlo.


Hasta aquí el retato de Miguel Iriarte, y a continuación, el enlace al texto del también músico Fernando Iriarte Navarro, gran amigo de Mejía en su natal Sincé:
http://soysince.com/adolfomejia/episodios-de-la-infancia-de-adolfo-mejia-navarro/

sábado, julio 27, 2013

XI SEMINARIO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS DEL CARIBE

XI SEMINARIO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS DEL CARIBE

Julio 29 – Agosto 2 de 2013


Esta semana comienza en Cartagena el Seminario Internacional de Estudios del Caribe, que tiene este año como eslogan: Historia, Cultura e Integración en el Caribe”, organizado por el Instituto Internacional de Estudios del Caribe de la Universidad de Cartagena. Se trata del encuentro bienal de investigadores e investigadoras de todo el ámbito del Gran Caribe y de instituciones de los Brasil, Estados Unidos, Francia y España.

Agenda


LUNES 29 DE JULIO

PANEL:  Relaciones Internacionales e Integración del espacio Caribe
  • Jorge Fornet. Redescubrir el Archipiélago Caribe. Director Casa de las Américas, Cuba
  • Watson Denis. La integración de Haití en el Gran Caribe. Universidad de Estado de Haití
  • Orlando Vergés. Las culturas populares en el Caribe: Una apuesta por la integración regional. Director Casa del Caribe de Santiago de Cuba
  • Silvia Mantilla. Integración y desintegración en las fronteras marítimas de Colombia con el Gran Caribe. Universidad Nacional de Colombia, sede Caribe
  • Álvaro Quintana. Relaciones internacionales en el gran Caribe: Desafíos y tendencias actuales. Universidad Jorge Tadeo Lozano


PANEL:  Fronteras políticas o Integración Cultural en el Caribe insular
  • Johannie James. La soberanía colombiana sobre el mar Caribe y su influencia en el desarrollo económico del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.Universidad Nacional de Colombia sede Caribe
  • Yusmidia Solano. Providencia y Santa Catalina: Pueblos del mar sin fronteras.Universidad Nacional de Colombia sede Caribe
  • Raquel San Miguel. Resistencia Creole y formación ideológica en el Caribe occidental: Historias comunes de los sistemas educativos nacionales. Universidad Nacional de Colombia sede Caribe
  • Francisco Avella. ¿El Mar: De quién es y para qué sirve? Universidad Nacional de Colombia sede Caribe
  • Socorro Ramírez. Programa de Colombia para el Caribe. Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia

PANEL: Narrativas históricas del siglo XIX cartagenero

  • Justo Cuño Bonito. La Cartagena Reconquistada: La evolución de la ciudad a través de los informes de los ingenieros miliares de Pablo Morillo: 1812 – 1821.Universidad Pablo de Olvide Sevilla, España
  • Nayibe Gutiérrez. Todavía intramuros. Cartagena en 1885 y el paisaje urbano de una ciudad olvidada. Universidad Pablo de Olvide, Sevilla, España
  • Juan Marchena. De amores y odios. Gaitán Obeso y la ciudad de Cartagena. Universidad Pablo de Olvide, Sevilla, España
  • 5:30 - 6:30 p.m.. CONFERENCIA INAUGURAL:  Rawle Gibbons. Emancipating Education. The Caribbean Yard Campus Model. Universidad de West Indies, Jamaica


MARTES 30 DE JULIO

PANEL: Desarrollo, Conflictos y Problemas ambientales en el Caribe colombiano
  • Víctor Negrete. La región interoceánica biodiversa en el Caribe colombiano. Universidad del Sinú, Montería
  • Amaranto Daniels. El Caribe colombiano hoy: Fragmentación, nuevos conflictos y reestructuración productiva. Universidad de Cartagena
  • Susana Carmona. Conflictos socioambientales generados por megaproyectos en la Guajira Colombiana: La minería de carbón y el distrito de riego Ranchería. Universidad de Antioquia
  • Alejandro Camargo. Reconfigurando el campo: Inundaciones y desarrollo agro-aconómico en el Caribe colombiano. Syracuse University, EEUU

PANEL: Imágenes y culturas compartidas del Caribe insular 
  • Kevin Sedeño-Guillén. Pensar insularmente: Representaciones de la isla en el imaginario occidental.University of Kentucky, EEUU
  • Antonio Gaztambide. El Caribe: Insularidad y culturas compartidas. Universidad de Puerto Rico, Río Piedras
  • PANEL: Representaciones y Definiciones del Caribe: Prensa e Intelectuales  
  • Fernanda Bretones. El Caribe español en las páginas de los periódicos cubanos (1810-1814). Universidad de São Paulo, Brasil
  • Omar Olivo. Prensa proletaria en México de 1876 a 1950. De Los pequeños grupos sindicales a la  expansión del norte y Caribe de México. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México
  • Jean-Claude Arnould. Una prehistoria francesa de la noción de “Caribe”. Université de Rouen, Francia
  • Nadia Morales. El Caribe, los Caribes de Francois de Belleforest. Universidad de Cartagena

PANEL: Identidad y Cultura Caribe desde el Deporte y el Cine
  • Margarita Sorock. Béisbol e integración del Caribe. Investigadora
  • Carlos De Oro. Ciudadanía y conflicto: Representaciones del Caribe colombiano y sus culturas en Los viajes del viento (2009). Southwestern University, Georgetown-Texas, EEUU
  • Ricardo Chica. Se sufre, pero se aprende: Cine, Cultura Popular y Educación en Cartagena 1936 – 1957. Universidad de Cartagena. 
  • 5: 30 – 6:30 p.m.. CONFERENCIA: Alfonso Múnera. Secretario General de la AEC, Fundador del IIECARIBE, Presidente Comité Científico XI SIEC


MIÉRCOLES 31 DE JULIO

PANEL:   Venezuela: Educación, oralidad y saberes ancestrales

  • Argenis José Delgado. Fundamento educativo afrovenezolano en tiempos de transformaciones radicales. Escuela Ideológica Social Afrodiaspórica, Venezuela
  • Yolimar Álvarez. Experiencias de  conocimiento desde la sabiduría ancestral de los maestros, maestras pueblo de la comunidad afrodescendiente  Cuyagua. Edo Aragua, Venezuela. Red de organizaciones afrovenezolanas, Centro educativo integral comunitario Cuyagua, Venezuela
  • Norys Alfonzo. La otredad en la mirada: expresión de la imagen dionisíaca en dos cuentos caribeños (“Un cuento alegre” de Gloria Stolk y “El ahogado más hermoso del mundo” de Gabriel García Márquez). Universidad de Oriente, Venezuela
  • Magaly Guerrero. La resistencia indígena en la obra teatral “Oscéneba”, de César Rengifo. Universidad de Oriente, Venezuela
  • PANEL: Debates y funcionamiento de la Educación en el siglo XIX colombiano
  • Jorge Enrique Elías.  La educación superior en el Caribe colombiano. Siglo XIX. Universidad del Magdalena
  • José Wilson Márquez. El Colegio del Estado y el Proyecto Educativo Radical en el Estado Soberano de Bolívar: 1870-1880. Universidad de Cartagena


PANEL: Cosmogonías, Narrativas afro, Género y Ciencia
  • Rodolfo Guzmán. Satán, piratas, criollos y cimarrones en la ciudad del Caribe colonial. Earlham College, Richmond Indiana, EEUU
  • Bethan Fisk. Pensamiento religioso afrodescendiente en Cartagena de Indias en los principios del siglo XVIII. Universidad de Toronto, Canadá.
  • Doris Lamus. La resignificación del género desde lo afro. Universidad Autónoma de Bucaramanga
  • Yolanda Ricardo. Mujer y ciencia: Nexos históricos y perspectivos. Universidad de La Habana, Cuba


PANEL: Los medios de comunicación y el arte: Recursos para construir los imaginarios urbanos sobre San Juan de Puerto Rico
  • Carlos Rodríguez-Villanueva. La ciudad de todos: Visiones sociales y urbanas de la prensa sobre San Juan de Puerto Rico a fines del siglo XIX. Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico
  • Rafael Cabrera Collazos. Nuevas alegorías urbanas a través del cine puertorriqueñista de los 1980. Universidad Interamericana de Puerto Rico
  • Milagros Denis-Rosario. Relatos de una ciudad: Propuesta discursiva en la imaginería del Viejo San Juan.Hunter College – CUNY, EEUU
  • 5:30 – 6:30 p.m. Premier del documental Roberto Fernández Retamar: Entre la vida y el riesgo. Producido por la Universidad de Cartagena y la Universidad Central de Venezuela. Presentan: Isaías Peña y Rómulo Bustos.

JUEVES  1 DE AGOSTO

PANEL: Historia política del Caribe colombiano en el siglo XIX 

  • Jairo Gutiérrez Ramos. La constitución de Cádiz en las provincias caribeñas de la Nueva Granada.Universidad Industrial de Santander
  • Luiz Geraldo Silva. Los hombres de color de Cartagena y Pernambuco en la era de la independencia: Trayectorias y estructuras (1808-1830).Universidad Federal de Paraná, Brasil
  • Edwin Monsalvo. Una tipificación de las elecciones en los centros urbanos y rurales de la provincia de Cartagena, 1830-1840.Universidad de Caldas
  • Jairo Álvarez. Las sociabilidades políticas durante la guerra civil de 1876 en el Caribe colombiano.Universidad de Cartagena


PANEL: Poesía, Arte, Cultura, Política  y Representaciones
  • Javier Devia. La construcción del cuerpo  a partir del eros y el Tanatos. El caso de las obras poéticas de Reinaldo Arenas y Raúl Gómez Jattín. Corporación Universitaria Minuto de Dios
  • Emiro Santos. Metamorfosis de Proteo: Vivencia simbólica y mundo heraclítico  en la poesía de Rómulo Bustos Aguirre. Universidad de Cartagena
  • Karen Rivera. Arte, cultura y política: La estética de En Tono Menor.Universidad de Cartagena
  • Wilfredo Esteban Vega. Presentación de Revista  En Tono Menor: Debates sobre Cultura y Representaciones en Cartagena (1979 – 1982). Universidad de Cartagena

PANEL: Construcción de ciudad, de nacionalismo e identidad 
  • Marleny Restrepo. Imagen de ciudad proyectada desde la gestión de la administración municipal: una mirada desde la prensa local. Universidad de Córdoba
  • Antonino Vidal - Guissepe D’Amato. De la Villa al mercado global: Barranquilla a principios del siglo XX.Universidad del Norte
  • Hugues Sánchez. Los usos del folclore y la construcción de una identidad regional “costeña” y nacional en la obra de Antonio Bruges Carmona y Gabriel García Márquez, 1940-1950. Universidad del Valle
  • Elissa Lister. Fiesta de mitos y leyenda: Una aproximación a la historia nacionalista dominicana.Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín

PANEL: Patrimonio, Legislación Étnica, Luchas y Resistencias
  • Laura Sánchez. Memoria, patrimonio documental y archivos de grupos étnicos y comunidades en Colombia.Archivo General de la Nación, Col. 
  • Alfonso Cassiani. Cimarronismo, luchas libertarias e independencia: El tricentenario de San Basilio de Palenque.Consultor e investigador
  • Luz Adriana Maya. Políticas públicas y legislación étnica hacia los afroantioqueños, 1991 – presente. Universidad de los Andes
  • Zuleica Romay. Palabras con filo. Resistencia e insurgencia del discurso racial en la cotidianidad cubana. Instituto Cubano del Libro, Cuba
  • Presentación del Centro de Documentación para la Historia y la Cultura de los Afrodescendientes en el Caribe colombiano CEDACC y lanzamiento de la Serie Audiovisual Cartagena Piel de Cimarrones. Universidad de Cartagena – IIECARIBE – AECID Agencia  Cooperación Internacional Española 


VIERNES 2 DE AGOSTO 

PANEL: De Semillero a Investigadores del Instituto Internacional de Estudios del Caribe
  1. Javier Ortiz. El pasado como refugio: Cartagena de Indias y las memorias histórico-políticas de Joaquín Posada Gutiérrez. El Colegio de México
  2. Raúl Román. Limitaciones diplomáticas en las márgenes del Estado colombiano.  La precariedad de la soberanía en el Caribe durante el siglo XIX. Universidad Nacional de Colombia, sede Caribe
  3. Lorena Guerrero. La modernización de la ciudad-puerto de Cartagena: entre discursos de biopolítica y eugenesia, 1910-1930. FLACSO-Sede Ecuador
  4. Muriel Vanegas. ¿Intelectuales en debate o en sintonía? Encuentros y contrastes en pensadores afrocaribeños en torno a Educación, Nación e Identidad, 1910-1950. Universidad de Cartagena
  5. Orlando Deávila. Las múltiples dimensiones del placer: Balances y perspectivas en la historiografía del turismo en el Caribe, 1993-2013. Universidad de Connecticut, EEUU

PANEL: Imaginarios e impactos del consumo turístico del Caribe
  • Santiago Burgos. La gestión del paraíso, el Caribe simulado y la incorporación sistémica de Cartagena de Indias: Relación entre sus geografías imaginadas y el desarrollo geográfico desigual. Universidad Jorge Tadeo Lozano, seccional Caribe
  • Emilio Pantojas García. Consumir el Caribe: El Imaginario Turístico del Siglo XXI. Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, Puerto Rico
  • PANEL:   Representaciones y Expresiones literarias caribeñas
  • Hernando Motato. Personajes de lo cotidiano en la representación de la ciudad a partir de La muerte en la calle, de José Félix Fuenmayor. Universidad Industrial de Santander
  • Lourdes Martínez-Echazábal. Viaje al oriente: El Santiago de dos peregrinos". University of California Santa Cruz.
  • Silvia Valero. El camino hacia “sujeto afrodiaspórico” en la obra de Quince Duncan. Universidad de Cartagena
  • Aleyda Gutiérrez. Más acá del lirismo, más allá de la narración: Pavana del ángel de Roberto Burgos Cantor. Universidad de San Pablo, Brasil
  • 3:50 – 4:20 p.m. Roberto Burgos. Presentación de El secreto de Alicia. Escritor

PANEL: Entre Cuba y Colombia: trayectorias, prácticas y pensamiento racial de la diáspora afro- latinoamericana en el siglo XX
  • Jesse Horst. Los Barrios Marginales y la política urbana durante la Republicana Cubana, 1937-1955.Universidad de Pittsburgh, EEUU
  • George Palacios. Manuel Zapata Olivella (1920-2004): Pensador afrodiaspórico político, radical, hereje y profeta. Saint Mary’s College, Notre Dame, IN,EE.UU
  • Ana Milena Rhenals – Francisco Flórez. Ajustando el ideal de inmigración: Afro-antillanos, sirio-libaneses, raza e inmigración en Colombia, 1880-1937. Universidad Pablo de Olavide, Sevilla-España - Universidad de Pittsburgh, EEUU

CONFERENCIA DE CLAUSURA:
Silvio Torres – Saillant. Desventuras del legado colombino: Hacia una historia intelectual rehumanizada. Syracuse University, EEU

miércoles, julio 17, 2013

La casa de Meira o la miopía de la ciudad frente a la cultura



En Chile existen tres casas dedicadas a preservar la memoria y la obra de Pablo Neruda: la Isla Negra, en El Quisco; La Sebastiana, en Valparaíso y La Chascona, en Santiago. En Amherst, Massachusetts, funciona el Museo Emily Dickinson, conformado por las dos propiedades con que contó la familia de la poeta norteamericana en esa ciudad, Homestead y Evergreens. La Habana cuenta con el Centro Cultural Dulce María Loynaz, que  funciona en la magnífica casa donde viviera por medio siglo la poeta mayor de Cuba y que alberga también al Instituto Cubano del Libro, como resultado de la cooperación cultural entre la Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura de Cuba.

En Bogotá, en la casa donde habitó hasta su muerte el poeta José Asunción Silva, funciona desde 1986 la Casa de Poesía Silva, adquirida y restaurada por la Corporación La Candelaria con el objetivo de propiciar el goce y el conocimiento de la poesía de todos los tiempos, para lo cual ofrece una serie de servicios culturales de los que se beneficia, principalmente, la población de bajos ingresos que habita en el centro, sur y occidente de la capital. Sin ir más lejos, en Usiacurí existe desde hace más de 10 años la Casa Museo Julio Flórez, acertadamente regentada por la Fundación Coprous, que recibe fondos de la gobernación del Atlántico pero también gestiona recursos a través de proyectos con la empresa privada, asociaciones civiles e instituciones educativas.

Muchas de estas casas, como tantas otras de similar naturaleza que sería extenuante mencionar aquí, pasaron por varias manos antes de ser adquiridas por las fundaciones o las instituciones que las manejan actualmente, y podría afirmar, quizás con la única salvedad de las casas de Neruda en Chile, que su destino cultural tuvo que ser arduamente luchado con los gobernantes, siempre tan renuentes a comprender y aceptar la importancia del patrimonio cultural en la vida de un país.

Es eso lo que ha pasado con la casa donde habitó gran parte de su vida la poetisa Meira Delmar, y para la cual un grupo de intelectuales y gestores culturales venimos pidiendo desde hace tres años que sea convertida en un centro cultural dedicado a la literatura y a las artes. No hablamos ya de una casa museo para no provocar espanto en los funcionarios de la cultura en la ciudad y el departamento, sino de una entidad como el Centro Loynaz de Cuba, que despliega una actividad educativa y cultural permanente al servicio de públicos diversos, aunque por supuesto, una casa museo bien puede actuar como un centro cultural y éste cumplir funciones patrimoniales propias de un museo.

El proyecto fue concebido originalmente por el sobrino de Meira, Ricardo Chams, quien tras la muerte de su tía se dio a la tarea de tocar puertas oficiales y privadas en busca de apoyo para la idea de convertir la casa en un espacio cultural. Pasado un año sin recibir respuesta Ricardo se disponía a archivar el proyecto y vender el inmueble, pero tras una serie de “coincidencias” –no del todo casuales-  decidimos, con Alvaro Suescún, impulsar una campaña de firmas para pedir al entonces alcalde Alejandro Char y al gobernador Verano de la Rosa que adquirieran la casa y la entregaran en comodato a una fundación sin ánimo de lucro que se encargara de ejecutar el proyecto y administrar la institución. Más de 600 firmas respaldaron la propuesta, entre ellas las de personas influyentes en la cultura nacional y regional. El gobernador del Atlántico se vio obligado entonces a ofrecer unos recursos (200 millones de pesos) pero el alcalde de Barranquilla no se dio por aludido y la entonces Secretaria de Cultura, Patrimonio y Turismo no supo ver que el proyecto representaba una oportunidad para la cultura, para el patrimonio y para el turismo de la ciudad.

Pasaron esos funcionarios y llegaron otros, pero éstos tampoco ven la necesidad de incurrir en el  “gasto” que implica la compra, la adecuación y la puesta en marcha de ese centro cultural o  Casa de Poesía Meira Delmar. No lo ven como una inversión, pues su formación se lo impide, sino como un gasto oneroso que no rinde dividendos económicos ni políticos. Creen que para honrar la memoria de Meira Delmar es suficiente la Biblioteca Departamental, que lleva su nombre y donde se le podría abrir un “campito” a las pocas pertenencias de la poetisa para que no se queden sin lugar.

Lo que nosotros queremos, sin embargo, es que en ese lugar donde se animaron tantas tertulias, donde se reunieron tantas figuras de importancia en las letras nacionales; ese espacio íntimo donde Meira se sentaba a ver la tarde, donde le conversaba a los jazmines, donde sintió el afecto de sus amigos y familiares, donde amó sus libros y donde creó una de las más bellas obras poéticas de nuestro país, recupere su aliento espiritual y lo proyecte a través del tiempo en la memoria y el corazón de niños, de jóvenes y adultos inquietos por la palabra.

El cómo se sostenga una entidad así no es un misterio en estos tiempos. Con una acertada dirección la casa podría generar recursos a partir de eventos, talleres, visitas guiadas, cafetería, tienda,  asesorías a docentes e investigadores, convenios con otras instituciones, patrocinios, etc. Sólo se requiere tomar la decisión.

Para convencerlos, hemos enviado a alcaldes y gobernadores cartas que jamás responden, hemos pedido audiencias y hemos propiciado el diálogo entre las autoridades y la familia. El intento más reciente se hizo el pasado 4 de junio (dos meses después de que abordáramos a la alcaldesa Elsa Noguera en la Feria del Libro de Bogotá para pedir su intervención) cuando se realizó en el despacho del Secretario de Cultura Afif Siman una reunión en la que participaron la Secretaria de Cultura del Atlántico, Deyana Acosta, el señor Ricardo Chams, la presidenta del Consejo Distrital de Cultura, Fabiola Acosta, el escritor Alvaro Suescún, el funcionario William Guerrero y quien escribe estas líneas, para explorar una vez más las posibles salidas del asunto. Se habló –más en broma que en serio– de la donación de la casa por parte de los Chams, opción que desde el inicio ha sido descartada por ellos por tratarse de un patrimonio familiar; se habló luego de la escasez que abunda en las arcas de las dos secretarías, de las dificultades para hacer proyectos culturales sostenibles y de la necesidad de vincular a la empresa privada y al Ministerio de Cultura en la posible negociación. Finalmente se quedó en que la familia presentaría el avalúo comercial y a partir de éste la Alcaldía podría entonces presentar el proyecto en un escenario al que se invitaría a empresarios, funcionarios del Ministerio de Cultura y a otros posibles aportantes.

Se abrió así una luz de esperanza que sin embargo se apagó días después, porque basados en el deterioro galopante que presenta la casa luego de tres años de vacío, y en los altos costos del avalúo comercial, los familiares de Meira decidieron poner la casa en arriendo para detener su decadencia y esperar a que exista, por decirlo así, un interés más cierto de la administración distrital en asumir un rol protagónico en el proyecto, aportando o gestionando los recursos que se requieren.

Quienes venimos defendiendo la idea creemos que ese interés no surgirá espontáneamente de los funcionarios. Que aunque este sea el año del Bicentenario de Barranquilla y la ciudad ostente el pomposo título de Capital Americana de la Cultura, ello no significa que esta capital se va a curar de su miopía frente al hecho cultural ni va a reconocer su utilidad para formar ciudadanos. Solo hay, en mi opinión, dos caminos para la casa de Meira: que esta administración admita el valor simbólico que ella tiene y el impacto que puede ejercer sobre la vida cultural de la ciudad, y entonces le encuentre recursos como los encuentra para otro tipo de obras, o que esperemos diez o veinte años más a que un próximo gobierno se la compre a sus futuros dueños por un precio diez o veinte veces mayor al que hoy tiene.

Entre tanto, la obra de Meira y su incomparable figura seguirán creciendo en nuestra memoria.

Patricia Iriarte

Artículo tomado de:  http://www.elheraldo.co/revistas/latitud/la-casa-de-meira-o-la-miopia-de-la-ciudad-frente-a-la-cultura-116505


jueves, abril 25, 2013

Cartas en el asunto


Soy parte de ese grupo de ciudadanos y ciudadanas que hacen su aporte al desarrollo de la ciudad desde diversas áreas de la actividad cultural, y que este año le han dirigido dos cartas a la alcaldesa Elsa Noguera De la Espriella; cartas en las que se plantean diversas situaciones relacionadas con el patrimonio cultural de la ciudad, y que piden su intervención como primera autoridad del Distrito. En esta entrada publicamos las dos misivas, para información de los lectores y lectoras. La primera  también fue dirigida a la Dra. Carla Celia, directora de la Fundación Carnaval S.A.  y la segunda, firmada por el Consejo Distrital de Literatura, aunque sólo fue radicada oficialmente la semana pasada, fue remitida al correo electrónico de la alcaldesa el pasado 16 de marzo. Ninguna de las dos cartas ha sido respondida, a pesar de que uno de los remitentes es un órgano de participación y asesoría del Sistema Distrital de Cultura y requiere una respuesta oficial.

Es necesario aclarar que el Consejo Distrital de Cultura inició hace varios meses una interlocución con  el Secretario de Cultura Afif Siman en torno al tema de la casa donde habitó Meira Delmar, pero las gestiones adelantadas no habían arrojado avances, razón por la cual este organismo decidió recurrir a la Alcaldesa. 



El jueves pasado, en el marco de la Feria del Libro, tres integrantes del Consejo tuvimos la oportunidad de tocar el tema con la doctora Elsa Noguera y ésta nos informó que no había recibido la carta, pero dio instrucciones al Doctor Afif Siman para que se trabajara en el asunto de la casa de Meira. Mi propuesta, en este sentido, es que se convoque a una mesa de trabajo con participación de los herederos de la casa, el Consejo Distrital de Cultura, el Comité pro Casa de Meira y la Secretaría Departamental de Cultura del Atlántico. 

Sin más preámbulos, las cartas en cuestión.



Patricia Iriarte


Carta Abierta de los Pensadores del Carnaval


Barranquilla 30 de Enero de 2013

Doctora
ELSA NOGUERA
Alcaldesa de Barranquilla.

Doctora
CARLA CELIA
Directora Carnaval S.A.

Hace ya 10 años que nuestras históricas fiestas de Carnaval fueron declaradas patrimonio intangible, oral e inmaterial, de la humanidad, por la UNESCO, entidad que desde aquel momento señaló las pautas  consignadas en un Plan Decenal de Salvaguarda para preservar el tesoro invaluable que es esta tradición festiva del Caribe colombiano.

En este 2013, por coincidencia, celebramos dos aconteceres de significativa importancia para nuestra ciudad: 200 años de haber sido erigida en Villa el Sitio de Libres que éramos, y la declaratoria como Capital Americana de la Cultura. No obstante un sinnúmero de esfuerzos realizados por diferentes actores y gremios culturales por promover la discusión abierta sobre el tema, la ciudad sigue adoleciendo de adecuados espacios de interlocución que promuevan la consolidación en materia de cultura y, con la salvedad de algunos avances, aun no se ha implementado en el Distrito de Barranquilla  una política pública concertada y participativa para el sector cultural. Así, seguimos adoleciendo de un derrotero en donde se enmarquen las diferentes expresiones, propuestas, seguimientos o balances sobre el sector.

En el marco de estas celebraciones nosotros, actores y gestores del sector cultural, preocupados por propiciar una discusión serena de cara a la ciudadanía sobre el futuro de nuestro hacer cotidiano, nos permitimos hacerles llegar las siguientes reflexiones y consideraciones:

Las diferentes celebraciones, actividades y aspectos culturales deben responder a un plan consensuado y participativo, con el concurso de todas las fuerzas vivas de la ciudad. Barranquilla debe armonizar y priorizar su vida cultural como uno de los aspectos estratégicos de su desarrollo económico y social.

El balance de los avances logrados en la elaboración y aplicación del Plan de Salvaguarda muestra un saldo preocupante, de tal manera que ya es notorio el riesgo de mantener nuestro Carnaval como Patrimonio de la Humanidad.

Estamos a la expectativa por lo que se conoce acerca del incumplimiento del fallo judicial que dejó sin piso legal la forma organizativa que se le venía dando al Carnaval, y de la obligación del Distrito de asumir el manejo de las fiestas a través de una nueva estructura institucional. La solución sobre la estructura de la entidad operadora de las fiestas aún no recoge el grado de inclusividad y democracia requerido y, si es así, seguramente nos veremos abocados a un tortuoso camino de pleitos jurídicos, producto de un mal abordaje de esta disputa.

Ojalá que este año las medidas tomadas impidan que tengamos que soportar nuevamente los abusos de la comercialización y los excesos de grupos con privilegios en los diferentes desfiles, en desmedro y atropello de los hacedores centenarios, especialmente protegidos por UNESCO.

Una vez transcurridas las festividades del presente año debiéramos generar eventos de reflexión e intercambio con Uds.,  autoridades Distrital y del Carnaval, que permitan evaluar esos tópicos en el contexto de la construcción de una política pública en el ámbito de la cultura.
Por estas razones consideramos de suma importancia abrir un espacio de deliberación e incidencia pública alrededor de la cultura en el Distrito de Barranquilla, desde una perspectiva incluyente, de formulación de políticas públicas y fortalecimiento de los actores sociales involucrados.

Quisiéramos encontrar las puertas abiertas de la comprensión y el diálogo ciudadano con nuestras autoridades culturales para trabajar conjuntamente en función de estos propósitos,

De Uds., atentamente,



Álvaro Suescún     Mariano Candela          Miguel Iriarte
Laurian Puerta              Mónica Lindo               Chelito de Castro
Eduardo Márceles              Patricia Iriarte               Numas Armando Gil
Ricardo de León                  Tony Montealegre          Diógenes Rosero.



Sobre esto estamos también a la espera de que El Heraldo convoque la segunda tertulia sobre el Carnaval, como lo anunció en la tertulia realizada unos días antes de las festividades de este año.



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Solicitud de inicio de las negociaciones con la familia Chams 



Barranquilla, marzo 11 de 2013



Señorita
Elsa Noguera De la Espriella
Alcaldesa de Barranquilla
Ciudad


Apreciada Alcaldesa:

Estamos a pocos de días de que se cumpla el cuarto aniversario de la muerte de nuestra gran poetisa Meira Delmar, un 18 de marzo de 2009. A finales del año 2010 un grupo de personas del sector cultural de la ciudad, con el respaldo de 600 firmas de ciudadanos , artistas y escritores de todo el país, elevó una solicitud al entonces alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, y al señor gobernador, Eduardo Verano de la Rosa, para que como primeras autoridades del Distrito y el Departamento, respectivamente,  tomaran la decisión de adquirir la casa donde habitó la poetisa, consagrando el lugar a la preservación de su memoria y de su obra, mediante el establecimiento de un centro cultural dedicado a la formación y la promoción de la literatura y el arte en general.



Hasta el escritor William Ospina firmó en el 2010 la
primera comunicación que se dirigió a las autoridades para
que tomen cartas en el asunto de la Casa de Meira.
En ese momento nuestra solicitud no fue escuchada, pero hoy el Consejo Distrital de Literatura levanta nuevamente la bandera y solicita formalmente a la Alcaldía Distrital y a su Secretaría de Patrimonio, Cultura y Turismo, que le de su respaldo a esta iniciativa e inicie las negociaciones con los señores representantes de la familia Chams. Creemos que sólo su liderazgo podrá allanarle el camino a un proyecto que sin duda le hará justicia a la memoria de Meira, retribuyendo en mínima parte el aporte que ella le hizo a la ciudad y a la literatura colombiana.
El proyecto de convertir la casa de Meira en un espacio para la cultura espera desde hace dos años que exista la voluntad política de hacerlo realidad, por eso lo hemos puesto en conocimiento del señor Secretario de Cultura y hoy le rogamos, señorita Alcaldesa, tomar en sus manos esta propuesta en el año del Bicentenario y de la Capitalía Americana de la Cultura, otorgándole a la ciudad un regalo perdurable, como la obra de Olga Chams Eljach, nuestra amada Meira Delmar.

Nosotros desde la sociedad civil, y como representantes del área de literatura, pondremos todo cuanto esté a nuestro alcance para movilizar las voluntades en torno a este loable propósito.

De usted atentamente,


Fabiola Acosta Amaury Díaz Patricia Iriarte
Presidenta         Secretario Consejera







miércoles, abril 10, 2013

Segunda oración por la paz


Texto del escritor William Ospina leído en la marcha  realizada el 9 de abril de 2013 en Colombia para apoyar los diálogos de paz con la guerrilla. Se llama Segunda oración por la paz porque el 7 de febrero de 1948 el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán pronunció por primera vez su Oración por la Paz de Colombia.


"Hace 65 años se alza desde esta tribuna un clamor por la paz de Colombia.

65 años es el tiempo de una vida humana. Eso quiere decir que toda la vida hemos esperado la paz. Y la paz no ha llegado, y no conocemos su rostro.

Es un pueblo muy paciente un pueblo que espera 65, 70, 100 años por la paz. Cien años de soledad. Un pueblo que trabaja, que confía en Dios, que sueña con un futuro digno y feliz, porque, a pesar de lo que digan los sondeos frívolos, no vive un presente digno y no vive un presente feliz.

Aquí no nos dan realidades, aquí se especializaron en darnos cifras. El pueblo tiene hambre pero las cifras dicen que hay abundancia, el pueblo padece más violencia pero las cifras dicen que todo mejora. El pueblo es desdichado pero las cifras dicen que es feliz.

Ahora comprendemos que un pueblo no puede sentarse a esperar a que llegue la paz, que es necesario sembrar paz para que la paz florezca, que la paz es mucho más que una palabra.

El verdadero nombre de la paz es la dignidad de los ciudadanos, la confianza entre los ciudadanos, el afecto entre los ciudadanos. Y donde hay tanta desigualdad, y tanta discriminación, y tanto desprecio por el pueblo, no puede haber paz. Allí donde no hay empleo difícilmente puede haber paz. Allí donde no hay educación verdadera, respetuosa y generosa, qué difícil que haya paz. Allí donde la salud es un negocio, ¿cómo puede haber paz? Donde se talan sin conciencia los bosques, no puede haber paz, porque los árboles, que todo lo dan y casi nada piden, que nos dan el agua y el aire, son los seres más pacíficos que existen.

Donde los indígenas son acallados, donde son borradas sus culturas, donde es negada su memoria y su grandeza, ¿cómo puede haber paz? Donde los nietos de los esclavos todavía llevan cadenas invisibles, todavía no son vistos como parte sagrada de la nación, ¿a qué podemos llamar paz?

La paz parece una palabra pero en realidad es un mundo. Un mundo de respeto, de generosidad, de oportunidades para todos.

Y hay que saber que lo que rompe primero la paz es el egoísmo.

El egoísmo que se apodera de la tierra de todos para beneficio de unos cuantos, que se apodera de la ley de todos para hacer la riqueza de unos cuantos, que se apodera del futuro de todos para hacer la felicidad de unos cuantos. De ahí nacen las rebeliones violentas, y de ahí nacen los delitos y los crímenes.

Hemos ido aprendiendo a saber qué es la paz… haciendo la suma de lo que nos falta.

La paz es agua potable en todos los pueblos y agua pura en todos los manantiales. No hay paz con los ríos envenenados, con los bosques talados y con los niños enfermos por el agua que beben.

La paz es trabajo digno para tantos brazos que quieren trabajar y a los que sólo se les ofrecen los salarios de sangre de la violencia y del crimen.

La paz son pueblos bellos y ciudades armoniosas, que se parezcan a esta naturaleza. Porque las montañas, los ríos, las llanuras, las selvas y los mares de Colombia son la maravilla del mundo, y no hemos aprendido a habitarlas con respeto, a aprovecharlas con prudencia, a compartirlas con generosidad.

Porque la idea de generosidad que tienen muchos grandes dueños de la tierra tiene un solo nombre: alambre de púas. Esa idea medieval de tener mucha tierra, mientras las muchedumbres se hacinan en barriadas de miseria.

Pero es que la paz verdadera exige no sólo un pueblo respetado y grande y digno sino una dirigencia verdadera. Y no es una gran dirigencia la que se esfuerza veinte años por que le aprueben un Tratado de Libre Comercio, y cuando le aprueban el Tratado la sorprenden con un país sin carreteras y sin puertos, con una agricultura empobrecida, con una industria en crisis, confiando sólo en vender la tierra desnuda con sus metales y sus minerales para que la exploten a su antojo las grandes multinacionales. Ahí no sólo falta generosidad sino inteligencia, ahí faltan grandeza y orgullo.

En cualquier país del mundo un tratado de libre comercio se negocia poniendo como primera prioridad qué necesitan y qué consumen los propios nacionales. ¿Por qué tiene que ser la prioridad poner oro en las mesas de otros antes que poner alimentos en nuestras propias mesas?

Hoy el mundo se ha lanzado a un obsceno carnaval del consumo. Pero esos países que divinizan el consumo, como los Estados Unidos y Europa, por lo menos han tenido la prudencia de garantizarles primero a sus pueblos agua limpia, vivienda digna, educación seria y gratuita, salud para todos, trabajo y salarios decentes, una economía que se esfuerza por ofrecer empleo de calidad, que no llama trabajo como aquí al rebusque desesperado, ni a la mendicidad, ni al tráfico violento de todas las cosas.

Si por lo menos cumpliéramos con brindar a los ciudadanos las prioridades básicas de una vida digna, no sería tan absurdo que nos predicaran ese evangelio loco del consumo, pero aún así tenemos que pensar con responsabilidad en el planeta, para el que ese consumo indiscriminado es una amenaza. Tenemos climas frágiles porque tenemos ecosistemas ricos y preciosos, que producen agua y oxígeno para el mundo entero.

Colombia es un país de tierras bellísimas y de climas benévolos, esto no es Europa ni los Estados Unidos, donde el clima exige millones de cosas, aquí podemos vivir una vida sencilla en un paisaje maravilloso, aquí no habría que refugiarse en ciudades malsanas y estridentes, el país es de verdad La Casa Grande. ¿Qué nos impide esa felicidad? La desigualdad y la violencia. La codicia que pasa por encima de todo.

La naturaleza no es una mera bodega de recursos sino un templo de la vida. Pero una lectura equivocada del país y una manera mezquina de administrarlo han convertido este templo de la vida en una casa de la muerte.

Hace 65 años Gaitán clamaba aquí por la paz. Sus enemigos no sólo lo mataron sino que llevaron al país a una guerra, a una violencia que acabó con 300.000 personas. El país entero entró en una orgía de sangre. Y perdimos el sentido de humanidad, y casi nos acostumbramos al horror, y dejamos de estremecernos con la muerte. El tabú de matar se perdió, Colombia se volvió tolerante con el crimen, y en el último medio siglo es posible que por falta de paz y de solidaridad haya muerto en Colombia otro medio millón de personas.

Y cada día que tardan en firmar un acuerdo el gobierno y las guerrillas, más muertos de todos los bandos, más víctimas, se suman a esa lista. Porque no es sólo el conflicto en los campos: bajo la sombra de ese conflicto prosperan las guerras de supervivencia en las ciudades, la violencia de las mafias, el delito, el crimen, la violencia intrafamiliar, el desamparo, la ignorancia.

Pero es que lo único que detiene a la mano homicida es sentir que lo que le hace a su víctima se lo está haciendo a sí mismo. Lo único que detiene esa mano es la compasión, y para que haya compasión hay que sentir al otro como a un hermano, como a un milagro de la vida, efímero, precioso, irrepetible. Si no sentimos eso no sentimos nada. Sin ese respeto profundo por los otros nadie siente verdadero amor por sí mismo.

Pero para que haya ese afecto profundo por los conciudadanos hay que haber sido educados en la generosidad, bajo unas instituciones generosas, hay que haber sido querido. Al que no es valorado en su infancia, respetado, apreciado, ¿cómo pedirle que quiera, que respete, que valore a los otros?

Por eso es tan ciega una sociedad que no da nada y en cambio pide todo. Que da adversidad, obstáculos, discriminación, pero pide a los ciudadanos que se comporten como si hubieran sido educados por Sócrates o por Francisco de Asís. El estado se volvió irresponsable, los ciudadanos le perdieron el respeto al estado, y el estado les perdió el respeto a los ciudadanos. En ningún país se exigen tantos trámites para cualquier cosa. Y el que está en desventaja es el que no tiene recursos para sobornar, para abreviar los trámites, para correr con éxito de oficina en oficina. Con mucha frecuencia el estado no facilita la vida sino que es un estorbo para las cosas más elementales.

Las cárceles están llenas de seres que no recibieron nada, que fueron educados en la dureza y en la precariedad, y a los que la sociedad les exige lo que nunca les dio. Porque aquí sólo les exigimos respeto a los que nunca fueron respetados.

Es necesario gritar que nuestro pueblo no es un pueblo malo sino un pueblo maltratado. Y todavía a ese pueblo maltratado y admirable vamos a pedirle, aunque no tenemos derecho a hacerlo, vamos a pedirle que nos dé un ejemplo de su espíritu superior; vamos a pedirle que, a cambio de un acuerdo esperanzador entre los guerreros, sea capaz de perdonar.

No hay ceremonia más difícil y más necesaria que la ceremonia del perdón. Pero es el pueblo el que tiene que perdonar: no la dirigencia mezquina ni la guerrilla violenta que tomó las armas contra ella. Y sin embargo todos tendremos que participar, humilde y fraternalmente, en la ceremonia del perdón, si con ello abrimos las puertas a un país distinto, más generoso, que deponga las armas fratricidas, que abandone los odios y que construya un futuro digno para todos, pero sobre todo un futuro de dignidad para los que siempre fueron postergados.

Desde hace 65 años pedimos la paz, suplicamos la paz, esperamos la paz. Hoy ya no podemos pedirla ni suplicarla ni esperarla. Si se logra un acuerdo entre el gobierno y las guerrillas, tenemos que construir la paz entre todos, la paz con una ley justa, la paz con una democracia sin trampas, la paz con un afecto real en los corazones, la paz con verdadera generosidad. Y la única condición para que esa paz se construya es que no maten la protesta, que no aniquilen la rebeldía pacífica, que dejen florecer las ideas, que permitan a este país grande y paciente ser dueño de sí mismo y de su futuro.

Esa paz que construiremos será un bálsamo sobre esos miles de muertos que se fueron del mundo sin amor, a veces sin dolientes, a veces sin un nombre siquiera sobre su tumba.

Entonces sabremos que la paz no es sólo una palabra, que la paz es convivencia respetuosa, prosperidad general, justicia verdadera, campos cultivados, empresas provechosas, bosques y selvas protegidos, ríos que tenemos que limpiar y manantiales a los que tenemos que devolver su pureza.

Y que otra vez haya venados en la Sabana y bagres sanos en el río, que salvemos la mayor variedad de aves del mundo, que vuelen las mariposas de Mauricio Babilonia, y que los caballos de Aurelio Arturo vuelvan a estremecer la tierra con su casco de bronce, y que haya hombres y mujeres pescando de noche en la piragua de Guillermo Cubillos, y que el viajero que encontremos por los campos a la luz de la luna no nos produzca terror sino alegría.

Que haya cantos indios por las sabanas de Colombia, y arrullos negros en los litorales, y que las armas se fundan o se oxiden, y que haya carreteras y puertos, y barcos y trenes que nos lleven a México y a Buenos Aires, y que nuestros jóvenes tengan amigos en todo el continente, y que sólo una industria se haga innecesaria y necesite ayuda para cambiar su producción: la industria de las chapas y los cerrojos y los candados y las rejas de seguridad, porque habremos logrado que cada quien tenga lo necesario y pueda confiar en los otros.

Porque la paz se funda en la confianza y en la sencillez, y en cambio la discordia necesita mil rejas y mil trampas y mil códigos. Aquí, por todas partes, están los brazos que van a construir ese país nuevo, los pies que van a recorrerlo, los cerebros que van a pensarlo, y los labios del pueblo que lo van a cantar sin descanso.

Que hasta los que hoy son enemigos de la paz se alegren cuando vean su rostro.

Que llegue la hora de la paz, y que todos sepamos merecerla."

William Ospina



domingo, marzo 03, 2013

200 de ciudad


Bajo este título se publicará en este blog una serie de notas de Mara del Río sobre la experiencia de vivir en este distrito comercial y portuario de Barranquilla, doscientos años después de que la Gobernación de Bolívar decidiera elevar a la categoría de Villa aquel pujante villorrio ubicado en las bocas del Magdalena.

Las entregas estarán acompañadas de fotografías que buscan reflejar diversos momentos y lugares de la ciudad y sus espacios públicos, ilustrando las impresiones de una ciudadana que ha tenido la suerte de conocer otras ciudades y tiene la posibilidad de establecer contrastes entre la forma de habitar (y de administrar esta ciudad) y la otra manera en que podríamos hacerlo –más madura, más responsable, más grata para todos y todas.

I. Las calles de Barranquilla

Por Mara del Río


En esta “aventura” que es ser barranquillera por adopción, como tantos otros habitantes del Distrito, no ceso de preguntarme por qué somos como somos en esta ciudad de locos. 



En la costumbre nostálgica de los barranquilleros, cada vez que se habla de las calles de la ciudad se mencionan los antiguos nombres con que  éstas se conocieron a finales del siglo 19 y principios del 20. Pero no es a eso a lo que quiero referirme, sino a las calles de ahora. Calles que amo recorrer y sobre todo, observar. Me gusta buscar esquinas gemelas, como la 45 con 45, la 44 con 44, la 33 con 33, la 22 con 22. Me gusta observar a sus  gentes; lo que hacen, lo que visten, lo que dicen, el volumen en que lo dicen, la forma como lo dicen, la manera como se comportan en la ciudad. Con la ciudad.



 Las calles son, en parte, la piel de la urbe. La superficie de contacto entre ciudad y ciudadanos, el espacio de intercambio de golpes o caricias. La de Barranquilla es una piel deteriorada, marcada por cicatrices, por acné, por eccemas, por erupciones y pústulas que afean su cuerpo y le hace crear, con sus habitantes, una difícil relación en la que todos salimos lastimados. 
Cra 54 con 70, a la entrada del Hotel El Prado.


Llevo casi una década (el cinco por ciento de esos 200 años) recorriendo la ciudad en motocicleta, el medio de transporte que permite, entre otras, un contacto más íntimo con esa piel. Desde la moto se siente directamente en los riñones cualquier irregularidad en la calzada, y hay que estar muy alertas para evadir ciertos obstáculos que solo en Barranquilla se encuentran. Por ejemplo, los trozos de cable eléctrico que cuelgan de las redes justo a la altura de la cabeza del conductor, o las zanjas atravesadas de acera a acera, traicioneras, ineludibles, dañinas para la moto, el carro, la bici y el genio de quien maneja.  Las zanjas son una verdadera pesadilla, una infección hasta ahora incurable en la piel de la ciudad, producto de la irresponsabilidad de las empresas de servicios que abren la brecha para hacer trabajos y no la cierran o la cierran tan mal que a los pocos días, a veces horas, la zanja queda abierta como una herida más, dificultando la movilidad y afeando la cara de la urbe.


Reparcheo en la intersección de la Cra 54 con calle 70: como marcas de viruela en la cara de esta importante esquina. 




Estado del bulevar de la Cra 54 con calle 64


Pero una de las más extrañas afecciones que sufren las calles de Barranquilla son los cráteres que se abren de un día para otro en el pavimento. He llegado a pensar que hay una raza extraterrestre que nos ataca en las noches, haciendo caer aquí y allá una enorme bola de acero que deja las calles inservibles. Cráteres que aparecen de manera indiscriminada pero que parecen tener preferencia por las calles donde se encuentran las clínicas, las universidades y el sector patrimonial de la ciudad. De unos días para acá han comenzado a pavimentar algunos tramos de la carrera 54, pues es inconcebible que la arteria que va desde la Vía 40, pasando por la Casa del Carnaval, el Teatro Amira de la Rosa, Teatro José Consuegra, Escuela de Bellas Artes, y todo el viejo Prado hasta la calle 76, se encuentre en un estado tal de abandono que da vergüenza con los visitantes que vienen a conocer el barrio el Prado y todo un sector que deberíamos mantener como una tacita de plata por su valor urbanístico. No es congruente, y uno no se explica por qué los dirigentes de la ciudad no se percatan de esto, con las grandes inversiones que están haciendo en hoteles cinco estrellas, centros comerciales y edificios suntuosos. ¿Qué clase de ciudad es esta?


Uno de los cráteres de la Cra 49C.


No, no es fácil transitar por estas vías. Movilizarse en forma fluida es un placer que en muy pocas calles se puede disfrutar, y no sólo por cuenta de estas llagas sino de otros obstáculos que ponen en aprietos a automovilistas, motociclistas, ciclistas, peatones, ‘carroemuleros’ y carretilleros. Todos nos movemos por las mismas rutas pero no todos transitamos en el mismo sentido. Los carros de mula y carretillas, por ejemplo, no tienen problema para meterse en contravía por avenidas, arterias o calles secundarias, como si fuéramos todavía la villa de 1813. Los buses no saben lo que es ceder el paso, y los dueños de camionetas se consideran superiores al resto de la humanidad y por tanto con derecho a pasar primero y por encima de todos. Pero de las camionetas y otras hierbas urbanas me ocuparé en una próxima ocasión.


Estado de la calzada en la zona patrimonial de Barranquilla.



viernes, marzo 01, 2013

Barranquilla estrenará Festival de Cine


La Fundación Cámara Oscura organiza este nuevo evento cultural, que busca insertar a Barranquilla en el circuito internacional de festivales de cine. Selección especial, largos de ficción, documentales y cortos, serán las categorías que trae el FICBAQ en esta primera versión, además de foros, talleres, cine al aire libre y video maping, entre otros atractivos. La ceremonia de apertura será el sábado 16 de marzo a las 7:00 p.m. en la Plaza de la Aduana con una proyección de La langosta azul, de Alvaro Cepeda Samudio, y se prolongará hasta el sábado 23.


jueves, febrero 07, 2013

Un Carnaval para aceitar la imaginación (II)



Angel Loochkartt.
Me decía el maestro Angel Loochkartt, quien este año fue homenajeado por el Carnaval de las Artes por su maestría y su aporte a las artes plásticas, que este evento “Le da peso intelectual al Carnaval de Barranquilla y hace sentir que el carnaval no es solo disfraz, no es solo rumba, no es solo danza, sino que hay unas bases de pensamiento crítico y analítico sobre problemáticas del arte en general. De allí que invite siempre a personajes prominentes de cada disciplina. Con el Carnaval de las Artes Barranquilla se deja sentir.”

El pintor barranquillero, que es un surtidor permanente de creatividad y producción, lo dice justo cuando la ciudad comienza a volver los ojos sobre el Carnaval como expresión cultural; 10 años después de su declaratoria como parte del patrimonio humano.  

Las discusiones continúan y continuarán entre los propietarios del negocio, los actores, los gestores, los dirigentes y los dolientes del Carnaval, pero entre tanto hay trabajadores consagrados a hacer realidad la fiesta año tras año. Miles de bailarines, artesanos, músicos, costureras, zapateros, utileros y de docenas de oficios más cumplen cada año la cita con su carnaval, ajenos a los avatares políticos y económicos de la organización responsable. Y así como ellos, muchos artistas y organizaciones independientes ponen también su grano de arena con eventos como la Carnavalada, la Noche de Tambó, la Noche del Río, los bailes de disfraces, los salones burreros, los festivales de música y tradición y toda una constelación de esfuerzos solitarios. 

El Carnaval de las Artes es una de esas empresas quijotescas que la gente se inventa para celebrar el carnaval. Quijostesca como pocas.

Para Alvaro Suescún, en esta oportunidad fue mayor la incidencia reflexiva. Dice el escritor: "En una suerte de invitación para formar intelectuales críticos, Armand Matelartt, Matt Dillon, Astrid Hadad, Henry Fiol, el profesor Raúl Cuero, Martín Caparrós, y el grupo de teatro Pé de Vento, nos mantuvieron a flote en ese pequeño mar de sorpresas en que estuvimos inmersos.  Capítulo aparte merece la exposición y el reconocimiento a ese gran cultor de las artes plásticas que Barranquilla le ha entregado al mundo, Ángel Loochkartt, bien secundado por Nani y Valerio Bindi, en una exhibición que recordaremos por mucho tiempo."

No faltan, por supuesto, los críticos del evento, especialmente por lo que consideran la poca presencia del talento local y regional en el programa, o la avanzada edad de ciertos artistas internacionales invitados, o detalles de la logística, o fallas en el protocolo. Lo cierto es que el Carnaval de las Artes no cuenta con un equipo permanente y una organización como la de que dispone el Hay Festival o el Festival Iberoamericano de Teatro o el de Música Clásica de Cartagena. En materia organizativa, y a sus siete años de edad, el Carnaval Internacional de las Artes es, en cierto modo, un embrión que debe desarrollarse en pocos meses para cumplirle al público y abrir el telón una semana antes de carnavales. Por eso algunos errores se vuelven a sentir y por eso se requeriría un fortalecimiento organizativo que le permita consolidar el equipo de trabajo y dedicarle más tiempo y más gente a la organización. Un tema para el que también se requieren recursos.

La entrevista con Heriberto Fiorillo y Efraim Medina prosigue mientras se acerca el mediodía y la oficina se va desocupando poco a poco.

- ¿Conseguir el apoyo para esto es más fácil ahora o sigue siendo tan difícil como al principio?

Efraim Medina y Heriberto Fiorillo - 
Foto de El Heraldo
H.F.:  No se puede meter a todo el mundo en el mismo saco. El Estado, que en este caso es el Ministerio de Cultura, la alcaldía y la gobernación, responde cada uno a su manera. En el caso de Mincultura hemos tenido más apoyo porque tenemos la suerte de que la actual ministra viene de una experiencia parecida en Cali y sabe lo que cuesta hacerlo, y ha venido a verlo. En la alcaldía depende quien esté de alcalde y la gobernación este año redujo su aporte. Entre un gobernador y otro puede haber una gran diferencia. Lo mismo en la empresa privada; en nuestros créditos hay un montón de gente: desde las grandes empresas que dan una suma importante, hasta las pequeñas, que dan entre 1 y 5 millones de pesos.

- ¿A qué se debió la reducción este año de un día de actividades?

H.F.:  Lo que pasó fue que en el evento anterior tiramos la casa por la ventana,  quisimos ser más generosos y trajimos más gente de la que podíamos traer, así que este año tuvimos que ajustarnos.

- Hablemos del diseño y  producción del espectáculo, ¿Cómo se hace?

H.F: Se va haciendo conforme Efraim y yo vayamos identificando a la gente. Por ejemplo, él me dice: hay dos o tres artistas que vale la pena llevar al evento y son fulano y zutano, y entonces comenzamos a contactarlos. Yo viajo también a buscar figuras que me parecen interesantes, o aprovecho mis viajes para hacer gestiones o contactos, y ahí vamos consiguiendo también los recursos. Pero en general esto se comienza a gestar en los primeros meses del año. Ahora descansamos un rato y comenzamos a armar el próximo. Ya tenemos por ahí algunas cosas pensadas.

- ¿No hay un comité o consejo editorial?

No, es una red. Yo recibo los inputs que me dan y decido como crear la revista. Todos somos periodistas y toda la vida hemos hecho revistas, así que lo que yo hago es una revista anual. 
Foto de ADN

- ¿Cómo se dio lo de Armand Mattelart?

Porque yo lo viví en los años 70, lo leí, lo estudié, y el año pasado encontré en El Tiempo la noticia de que iba a estar en Colombia junto con Humberto Eco, entonces me conseguí el mail de su universidad, le escribí y dijo que si, y no cobró un peso. 

Con Umberto Eco llevamos años tratando de convencerlo; Efraim ha ido tres veces a Milán y una vez le ofrecimos, por joder, 30 mil dólares, ¡y no se movió!

E.M.: Pero tampoco va a ninguna otra parte; es de los que se mueven muy poco, porque en general los escritores aceptan –quizás no un premio Nobel o una de las grandes estrellas– pero uno bien situado en el medio literario, en un 80 o 90 por ciento va a decir si. Un cantante, un actor o alguien que tiene un performance, lo primero quiere es cobrar, porque ese es su espectáculo; un escritor no es un espectáculo. Si está en Europa y le ofrecen venir, no a Cartagena sino a Barranquilla, que muchas veces no sabe ni dónde queda, entonces hay que hacer un proceso de seducción para convencerlo, pero se consigue. 

H.F.: La red la armo con mis amigos periodistas y escritores. Por ejemplo, Santiago Gamboa conocía a Laura Esquivel, entonces él hizo el contacto y la invitó y ella aceptó porque él la iba a entrevistar… Sin ellos yo no sería nadie, y les doy mucha libertad para que propongan, pero la amalgama final la hago yo.  

E.M.: El tiene clara su puesta en escena, eso se lo inventó él y nosotros le pasamos elementos. La ventaja que tiene Heriberto es que él escucha de todo y a todos. Yo no hago nada, yo vengo a ver esto, como un espectador más.

H.F.: Mentiras, él es muy humilde, pero se pone a tapar los huecos, trabaja en producción…hace de todo. 

- ¿Y les han dado ideas los artistas locales?

H.F.: No, me llegan ideas sobre todo de amigos periodistas (especialmente de Bogotá pero también de otras ciudades del mundo), a quienes yo les digo: si consigues que acepte, lo traemos. Esto es algo rico de hacer; representa mucho esfuerzo pero las cosas que uno quiere cuestan. Es parte del trabajo y me gusta ser útil; este es un arte con utilidad, a mi me gusta el arte inútil pero este arte útil me parece importante.

E.M.: El que quiera hacer esto tiene que estar dispuesto a pasarse el año pidiendo plata, imaginando la puesta en escena, buscando la gente con la que va a trabajar. Se necesita estar loco y tener una generosidad extraordinaria. Yo no sé por qué él lo hace, yo lo hago porque él lo hace y yo con mis amigos voy hasta donde sea. Y las cosas se parecen a su dueño. ¿Quiénes hacen el Hay Festival? Unos que son tan h.p. como el evento que hacen. En cambio aquí no. Nosotros en el Caribe somos de relaciones afectivas, si no existe eso uno no entra a la casa de nadie. Y este evento es eso, un grupo de amigos que se quiere y quiere lo que hace.

- ¿Otro personaje, aparte de Eco, a quien no hayan podido convencer?

H.F.: Yo siempre he querido traer a Oscar de León, pero quiero traerlo a él con su bajo, y si necesita la orquesta yo le monto aquí la de Hugo Molinares, pero siempre que me encuentro con él me dice: ¿y qué hago con el resto de la orquesta? Lastimosamente  no he tenido amistad con un hermano de Oscar o con un amigo suyo que me ayude a convencerlo.

- Hablemos de las pifiadas: el número sobre el Carnaval de Venecia antes del show de La Tequilera –que no estaba en el programa–  creo que no estuvo a la altura del espectáculo que precedía. 

E.M.: Es que no tenía que dar la talla, los entremeses en el teatro son divertimentos. Ese fue un regalo del italiano Valerio Bindi montado dos días antes con un grupo de actores, no de bailarines, porque en el Carnaval de Venecia no se baila. Era una cosa de tipo conceptual. Por ejemplo,  Matt Dillon estaba hablando ¿y qué dijo que significara algo? Nada, pero la gente se lo come porque son funcionales, porque todavía tienen mucho que recorrer. Pero no ellos como personas sino nosotros como cultura. Jango Edwards dijo una cosa que me quedó sonando: “La obcenidad es la enfermedad de aquellos que solo ven con los ojos”. 

- Ese fue otro que tampoco me gustó. Me pareció demasiado ordinario.

E.M.: "Jango Edwards fue uno de los tres artistas que abrió los Juegos Olímpicos del 94, cobrando un millón de dólares, y es uno de los pocos que ha actuado ante la Reina Isabel. Lo que hizo fue una clase sobre la risa, una cosa simple, porque si se pone a hacer las cosas que hace habitualmente en Europa la gente hubiera terminado aburrida; él lo que quería era hacerse amar del público y creo que lo logró." 


Sí, la gente parecía divertirse mucho, pero yo personalmente detesté su constante automanoseo y su gesticulación gratuitamente vulgar, pero eso no tiene importancia. Lo que si preocupa es que un artista baje el nivel de su espectáculo para el público barranquillero porque piense que éste no va a disfrutar de algo más elevado; es decir, porque no da para más. Si esta premisa fuera cierta la sala no se hubiera reído como lo hizo con el grupo Pé de Vento, de Brasil, de humor más refinado, o con la misma Astrid Hadad y sus misiles satíricos contra la política y el machismo, sin mencionar muchos otros shows inteligentes que hemos tenido en años anteriores. Pero en fin, a pesar de las pifiadas, o precisamente por la discusión que ellas originan, el Carnaval de las Artes le da peso intelectual al Carnaval de Barranquilla, como dijo el maestro Loochkartt.  Ojalá surjan otros que hagan lo mismo.

Patricia Iriarte

Los rumbos de Sara Harb   Por Patricia Iriarte   Me sumergí en él, salí, pasaron días. Lo retomé y volví a leer uno de los últimos c...