martes, junio 14, 2016

Volvemos para acompañar la Paz

Después de nueve meses de quietud de este blog, que para nada significan inmovilidad en otros campos de trabajo, reiniciamos las entradas de Cantaclaro con un tema que es, sin asomo de duda, el más importante para la Colombia de hoy y del futuro: la inminencia de la firma de un acuerdo de paz entre el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos y el estado mayor de las Farc, donde las Farc representan el grupo armado que combatió contra el Estado durante los últimos sesenta años. y gobierno Santos, a ese Estado.


Tras varias décadas de acercamientos e intentos fallidos por llegar a una mesa de negociaciones (Casa Verde, Caracas, Tlaxcala, San Vicente del Caguán...) Santos logra por fin firmar  con las Farc, en agosto de 2012, un "Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera". Se cumplen, entonces, casi cuatro años de conversaciones en medio de la guerra, cuatro años para construir una solución política a un conflicto armado interno cuyo saldo en víctimas supera el de varias de las guerras civiles libradas en el mundo actual.


Es por eso que regresamos para acompañar, para seguir, para aupar, para vigilar, para observar y para pensar este proceso.  Se trata, nada menos, que de construir ese concepto mil veces nombrado pero en realidad desconocido para varias generaciones de colombianos y colombianas: la paz como ausencia de guerra. Ese será, de hecho, un enorme logro; el siguiente será mantener callados los fusiles a pesar de las contradicciones que seguiremos teniendo como sociedad. Pero basta de explicaciones. Esta casa está contenta  y quiere abrir de nuevo las ventanas para que circule el viento,  y qué mejor que hacerlo con la palabra de un poeta.


William Ospina
En 2002 William Ospina y el periodista cultural Guillermo González Uribe habían encabezado una Carta abierta a las Farc, en la que pedían a las guerrillas asumir "su responsabilidad en un proceso verdadero de transformación y de reconciliación."  Luego, en una columna titulada "Los veinte mil", publicada en marzo de 2015, el escritor descarga sus críticas contra Santos por su manejo de las negociaciones de paz:

"Alrededor de la mesa de negociación, Santos inventa cada día una guirnalda nueva, una comisión, un festón, una gira, un preacuerdo, para hacerle sentir a la galería que ya se oyen los claros clarines, y cada semana la guerrilla tiene que salir a decir que el acuerdo está lejos. 
Entre tanto el doctor Vargas Lleras hace la única obra de gobierno visible: preparar las siguientes elecciones que garanticen la eternidad de ese grupito autista que se hace llamar la clase dirigente, mediante el sorteo dramático de las casitas, que se va convirtiendo en un reality de televisión: la lotería de la esperanza."


En esta ocasión Ospina le pide al gobierno que diseñe nuevas y más creativas formas de inclusión de los ciudadanos a la tarea de la paz, dándole él mismo varias ideas. Por ejemplo, un ingreso social para los jóvenes y una caravana de paz:

"Ese puede ser el verdadero protagonismo de la comunidad en la construcción de la paz, una caravana de soluciones que recorra el país generando un clima de cordialidad y de afecto, y en el que el acompañamiento internacional, con jóvenes generosos de todas partes, nos ayudará a airear un medio social demasiado encerrado en sus tensiones y sus carencias. Colombia necesita una red de aldeas conectadas con el mundo, que sirva de transición entre el conflicto y la paz, y de enlace entre el presente y el futuro."


Los dejamos con la carta completa del poeta al político, y con el sitio web oficial de las negociaciones de La Habana, donde pueden consultarse todos los acuerdo alcanzados hasta ahora y todos los comunicados producidos por la Mesa desde que se instaló: https://www.mesadeconversaciones.com.co/


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