jueves, julio 06, 2023

Los rumbos de Sara Harb

 

Por Patricia Iriarte

 

Me sumergí en él, salí, pasaron días. Lo retomé y volví a leer uno de los últimos cuentos, ese donde el almirante guajiro José Prudencio Padilla presencia desde su estatua el juego de seducción de una morena con el jardinero del parque y fantasea con entrar en el cuerpo de ese hombre para volver a sentir la pasión que una vez vivió por una zamba jamaicana en Cartagena. Entonces recorrí de nuevo en mi memoria ese mundo al que nos invita Sara Harb en los once cuentos que conforman Cambio de rumbo. Este es el segundo libro de cuentos de Sara, después de El relojero de Ginebra (2021), ambos publicados con el sello colombiano Escarabajo.

El mundo literario de Sara, que en 2019 publicó también su primer volumen de poesía, Travesías del sueño, comienza a cimentarse en El relojero de Ginebra y se expande aún más, narrativamente, en esta nueva serie de relatos donde conocemos personajes que están, o tienen, o quieren vivir en tránsito. Mujeres y hombres que se cruzan, que transitan de un tiempo a otro, de un espacio a otro, de un cuerpo a otro. Porque es el suyo un mundo en el que las coordenadas de tiempo y espacio son porosas. Más aún, líquidas. Errante, el primer cuento del libro, se lo advierte de entrada al lector con la historia de amor de Owain y Elisa, que comienza en una pradera verdísima, cerca de un acantilado, y termina (de algún modo) en una Londres universitaria en la que la autora nos adentra, como lo hace en otros escenarios, con la pericia de una navegante que sabe moverse entre palabras e imágenes.  Este primer relato nos atrapa con la aventura onírica, espiritual y a ratos trepidante, de un muchacho que muere enamorado y yerra por años en busca de una Elisa que es cada vez menos suya.

Y es que el viaje que nos propone Sara Harb no puede ser más inquietante y al mismo tiempo, placentero. En el mundo de Sara una planta puede voltearse a mirar a un personaje, y una mujer puede comunicarse con seres del espacio exterior. La prosa de esta cineasta que un día decidió explorar los rumbos de la escritura transcurre entre imágenes inusitadas, reflexiones sobre nuestro tiempo y referencias del cine, la música, la pintura, la historia y las ciudades por las que ha transitado. Todo ello con una visión expandida de lo que somos como seres humanos en esta era. Tan sociales como únicos, y entre ellos, algunos tan creativos como solitarios.

Coincido con el escritor Julio Olaciregui cuando dice, en su prólogo, que en estas páginas Harb nos deja siempre algo que pensar, nos enseña algo, y “quizás nos convenga refrescar nuestra percepción del tiempo, renovar nuestras costumbres para mantenernos vivos. Estar muy atentos a la trama rota de nuestros sueños, ese teatro de lo oscuro que viene a completar la sorprendente lógica de nuestros días.”

Las situaciones por las que transitan estos seres humanos no son precisamente las más ordinarias, aunque ocurran en un vagón del metro o en un bar de una calle de Madrid. No son sus temas de conversación los más banales ni los más cómodos, pero como la pluma de la autora tiene la capacidad de meternos en su piel, termina logrando que, como ellos, nos hagamos de nuevo las mismas viejas preguntas sobre la vida. Pero de eso se trata la buena literatura, el arte verdadero.

lunes, noviembre 07, 2022

Bibliotrailer Celia se pudre (fragmento)

Este bibliotrailer  fue realizado por la Fundación IriArtes como parte de la estrategia transmedia del proyecto Celia se puede, cuyo propósito fue publicar la tercera edición de la novela Celia se pudre, del escritor colombiano Héctor Rojas Herazo.

Realizadora: Majo Fuentes
 

domingo, noviembre 06, 2022

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Cantaclaro: Celia ya no se pudrirá en el olvido Carátula de la...: Celia ya no se pudrirá en el olvido Carátula de la edición, diseñada por Rubén Egea Patricia Iriarte Directora de la Fundación IriArtes &quo...

Celia ya no se pudrirá en el olvido


Carátula de la edición, diseñada por Rubén Egea


Patricia Iriarte
Directora de la Fundación IriArtes




"Celia ya no se pudrirá en el olvido" es el título de la nota que escribí para la nueva edición de la revista semestral víacuarenta que circulará el mes próximo, publicada por la Biblioteca Piloto del Caribe. En esa nota que resumo aquí para los lectores de Cantaclaro hago un recuento de lo que ha sido el proyecto editorial Celia se puede, que hizo posible la reedición de la novela cumbre del escritor caribeño Héctor Rojas Herazo, Celia se pudre.

Sabemos que el lugar de Rojas Herazo en la trilogía de modernizadores de la literatura colombiana, junto a García Márquez y Cepeda Samudio, está reconocido, y que aunque el escritor toludeño fue conoció principalmente como poeta, también dejó una notable obra narrativa que comenzó a gestarse en 1962 con la novela Respirando el verano, en donde Rojas Herazo pone los cimientos de una trilogía fundada sobre Cedrón, de donde surgen dos de sus personajes principales: Celia Aterhortúa y su nieto Anselmo. En 1967, el mismo año en que se publicó Cien años de soledad, apareció su segunda novela, En noviembre llega el arzobispo, que pese a haber tenido la mala fortuna de salir al mismo tiempo que la obra maestra de GGM, fue reconocida por su aliento modernizador, casi estremecedor, de la literatura colombiana. Pasaron casi diez años entre esta novela y la última de la trilogía, Celia se pudre, obra en la que Rojas Herazo alcanza, en casi mil páginas, el sumum de su estilo literario. Una novela que por la fuerza de su prosa pero también por su compleja arquitectura narrativa, ha sido comparada con el Ulises, de Joyce, y Paradiso, de Lezama Lima. 

Nunca acompañada de una adecuada promoción, de Celia se pudre se han editado apenas 3.000 ejemplares en 36 años, pasando casi inadvertida para el público. A pesar de lo cual esta obra fue incluida en 1999 por la revista Arcadia entre los 100 libros colombianos del siglo XX, y en 2011 fue escogida por Credencial como una de las 25 mejores novelas colombianas en el último cuarto de siglo: “este es un libro clave por la belleza del personaje de Celia, por la narración de la vida cotidiana de un lugar llamado Cedrón y por la evocación que de aquel poblado hacen desde la ciudad diversas voces lejanas. Una larga novela sobre la melancolía.”

Revista víacuarenta N° 34 - 35


Fue por eso que, desde el año pasado, declarado Año Héctor Rojas Herazo por el Ministerio de Cultura y la Gobernación de Sucre con motivo del centenario del autor, la Fundación IriArtes se propuso adelantar un proyecto de reeditar esta obra. El objetivo del proyecto "Celia se puede", es facilitar el acceso a la obra con una edición económica y que realmente facilite su lectura, por lo cual la particularidad de esta edición es que viene publicada en cuatro tomos. 

Para esta tercera edición de Celia se pudre la dificultad que suponía la obtención de los derechos se sorteó mostrando a los herederos de Rojas Herazo, Patricia y Alfonso Rojas Barbosa, el espíritu pedagógico del proyecto y su intención de llevar la obra a las bibliotecas públicas. Ellos lo entendieron así y celebraron que la novela pudiera estar nuevamente en circulación. Y aunque ellos ya habían estado en conversaciones con Editorial Planeta para la publicación de este título, estas, por diferentes razones, no llegaron a término, y decidieron aceptar la oferta  de la Fundación IriArtes.


Héctor Rojas Herazo

El trabajo editorial propiamente dicho, es decir, el análisis de la obra para definir su segmentación, fue encargado inicialmente a la poeta y crítica Andrea Juliana Enciso. Ella, por razones laborales, no pudo realizarlo, pero se hizo cargo del prólogo de esta edición. Otros dos grandes conocedores de la novela, Ricardo Vergara Chávez y Emiro Santos, tampoco dispusieron de tiempo para acometer la tarea, por lo que, después de todos los intentos, decidí asumir yo la responsabilidad de separar esos 77 capítulos con un criterio que no fuera simplemente el de la división matemática de su millar de páginas. Por razones de espacio no me extenderé en la descripción detallada de ese oficio, pero puedo decir que la novela misma “colabora” en su segmentación, al no ser ella tampoco un relato monolítico. 

Otra cosa era el reto de hacer el proyecto viable, y para ello se concibió como perteneciente al sector editorial en las industrias culturales y creativas. Por ello, además de cumplir con una función cultural y con una función social al dotar con la obra a 150 bibliotecas públicas, el proyecto tiene una función económica dentro de la cadena productiva y el mercado del libro en Colombia. Más de 600 ejemplares impresos salieron a la venta del primer tiraje de mil ejemplares, es decir, que se ha puesto en circulación un total de cuatro mil nuevos libros impresos y por supuesto, una versión electrónica.


La obra puede adquirirse por $145.000 en la tienda virtual www.fundacioniriartes.org/tienda





Además de llegar a 150 bibliotecas públicas del país con un ejemplar de la obra, "Celia se puede" hace entrega de dos herramientas que les ayudarán al personal bibliotecario, maestros y promotores, a conocer y presentar la obra en los espacios de lectura. Se trata de una guía de lectura y un laboratorio de gamificación lectora del que se realizarán, en este año, varias sesiones para bibliotecas de Sucre y el Atlántico. Adicionalmente, el proyecto contempla una estrategia de promoción conformada por contenidos gráficos, audiovisuales y escritos que se pondrán en circulación a través de redes sociales, medios convencionales y sitios web.

Pieza gráfica de la campaña No dejemos que Celia se pudra,
impulsada por la Fundación IriArtes

La reedición y publicación de Celia se pudre en octubre de este año 2022 ha sido posible gracias al estímulo del Programa Nacional de Concertación del Ministerio de Cultura, al apoyo del Fondo Mixto de Promoción de la Cultura y las Artes de Sucre y a la alianza con las editoriales La Iguana Ciega, de Barranquilla, y Editorial Universidad de Magdalena. Sin embargo, por el alto costo del proyecto, superior a los $100.000.000, se activaron también dos campañas de consecución de fondos a través de la plataforma Vaki: “No dejemos que Celia se pudra”, y “Celia se lee”, que han sido claves para poder culminar el proceso editorial.

Todo con el fin, finalmente, de que una obra de sus calidades estéticas y dimensiones históricas para la literatura no se siguiera pudriendo en el olvido.

domingo, septiembre 04, 2022

 Marco Barboza Garcés y sus Hombres de Mar

La mirada que esculpe


Por Patricia Iriarte

La fotografía de Marco Barboza me atrapó desde la primera imagen que le vi. Se titulaba Natura y la publicó el 27 de agosto de 2020 en su página de Facebook. Estábamos en plena pandemia, confinamiento al día, y consumíamos imágenes y contenidos para media, multimedia y transmedia que daba gusto. El trabajo era condena y a la vez tabla de salvación en medio del encierro y la falta de contacto real. 

Era la imagen de un joven afro de perfil, ataviado con una filigrana del árbol de coco a manera de tocado que le bajaba hasta el cuello, los ojos café iluminados con la luz justa que, entrando por el lado derecho de la imagen, le llegaba al rostro.

En los meses siguientes continuó publicando una serie de rostros y torsos de hombres negros y morenos mimetizados, casi, entre los hilos de una atarraya, en una mandíbula de tiburón, en un collar de corales. Casi como esculturas de seres mitológicos, neptunianos, hermanos del pez y de las olas. Composiciones y encuadres no fabricados con o para modelos de revista sino con hombres reales de manos encallecidas, con jóvenes artistas o con amigos de su Tolú natal y de otros pueblos de la costa caribe. Hombres capaces de volverse uno con el animal que capturan, con el atardecer que contemplan o con la imagen que les llega en sueños. 

Ver esas fotos era un verdadero goce en medio del tedio, y me fui dando cuenta de que la escogencia de los planos, los diseños logrados con los materiales de la playa y el manejo de la luz, mostraban una propuesta en camino, y con un concepto estético muy personal.

Con el tiempo esta serie de fotografías se convirtió en una obra acabada que Barboza llamó “Hombres de Mar” y que comenzó a circular por el mundo: India, México, Italia, Francia, Grecia y Omán.

Afiche de la exposición en la Estación de Puerto Colombia (Atlántico)

 

Foto de Marco Barboza, serie Hombres de mar.



Marco le contó a Cantaclaro que el proceso creativo para llegar a este trabajo comenzó cuando él era solo un niño que correteaba por las calles y playas del Golfo de Morrosquillo. Nieto de un pescador artesanal, Marco aprendió desde pequeño las artes de la pesca, sus faenas, sus alegrías y sus sinsabores ante el vacío de las redes. Desde entonces, ya fuera jugando solo o mientras esperaba  en la playa la llegada de “sus héroes” como él los veía, comenzó a colocarse cosas sobre el cuerpo: algas, lianas, conchas, todo lo que pudiera adherirse a su piel para crear formas de manera intuitiva, en un juego que lo transportaba a otro mundo. No tardaron los amigos del barrio y los hombres de la casa en reprenderlo por sus extrañas ocurrencias. Probablemente al llegar a la adolescencia ya no pudo seguir ensayando sus diseños, pero entonces comenzó a dibujarlos en su cuaderno. Allí iba delineando, apuntando lo que luego llevaría al cuerpo de sus modelos. Y aún hoy sigue dibujando en el papel sus creaciones antes de llevarlas a la imagen fotográfica.

Un abuelo pescador, como el que tuvo Marco Barboza.



Las tradiciones artesanales del Caribe bajo la lente del fotógrafo toludeño.

Cuando llegó la cámara fotográfica a su vida fue cuando el ojo comenzó a mirar más profundo y a capturar el transcurrir del tiempo junto al mar. Así, los paisajes y las fotos de las faenas fueron dando paso a los estudios de anatomía o a las exploraciones con la luz y la velocidad que lo han llevado a obtener preciosas imágenes de la noche sobre el mar e instantes de luz atrapados entre las redes de pesca. Ojo capaz de esculpir sobre el cuerpo seres de ese otro mundo que habita en este. Pero no es esta la única temática que ocupa su catálogo. En la obra de Marco aparecen también otras tradiciones culturales de esa zona de Colombia, como la Semana Santa de Tolú, la talla en madera o los tejidos en palma, siendo también la fotografía un medio para rendirle homenaje a las tradiciones y memorias del pueblo.

Foto de Marco Barboza, serie Hombres de Mar


Algo hay en la mirada de Marco Barboza y en su sensibilidad que me recuerda a Alfonso Suárez, el maestro del performance fallecido en 2020, artista apasionado por la naturaleza, profundamente arraigado en el territorio que le tocó en suerte, y capaz de revelar la belleza de las cosas cotidianas.

Así percibo a este artista toludeño radicado en Cartagena, que ha venido a refrescar la mirada sobre las cosas y gentes de este Caribe tantísimas veces fotografiado. 

Próxima exposición de Hombres de mar en Santiago de Tolú.

sábado, agosto 13, 2022

 UN NUEVO CAPÍTULO 
EN LA HISTORIA DE COLOMBIA

Francia Márquez y Gustavo Petro


Después de seis años de inactividad, que coincidieron con la última parte del segundo mandato de Alvaro Uribe Vélez y cuatro de gobierno de Iván Duque, este blog se abre de nuevo a los lectores tras el triunfo del candidato Gustavo Petro Urrego y su Vicepresidenta Francia Márquez Mina. Ellos conforman, a partir del 7 de agosto de 2022 y hasta el 7 de agosto de 2026, el primer gobierno de izquierda de la historia colombiana, en representación de una amplia coalición de fuerzas progresistas denominada Pacto Histórico. Él economista y ella abogada, ambos tendrán en sus manos la responsabilidad de aclimatar un cambio político, social y económico en un país que lleva más de 50 años padeciendo una guerra interna que deja más de ocho millones de personas desplazadas y cerca de medio millón de personas muertas, la mayoría civiles. Porque a pesar del acuerdo de paz firmado en 2016 entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC, persisten en Colombia numerosos grupos disidentes de esa guerrilla que no se acogieron al acuerdo, además de las acciones del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y los permanentes ataques ejecutados por bandas del paramilitarismo o del narcotráfico, que en su disputa por el control del territorio para sus negocios ilícitos someten a los habitantes a las más terribles atrocidades.

Por eso, uno de los principales objetivos anunciados durante la campaña electoral y ratificado ayer por el Presidente Gustavo Petro en su acto de posesión, es el de construir una paz total que ponga fin a la confrontación armada con el ELN y demás grupos armados.

El domingo 7 de agosto, en un acto de posesión sin precedentes en la historia de Colombia por la masiva participación de la ciudadanía, el ambiente festivo que lo enmarcó y una ceremonia cargada de elementos simbólicos, el Presidente Petro resumió los compromisos de su mandato en el siguiente decálogo (ver versión completa en el enlace): 

1. Trabajar para conseguir la paz verdadera y definitiva.

2. Cuidar de nuestros abuelos y abuelas, de nuestros niños y niñas, de las personas con discapacidad, de las personas a las que la historia o la sociedad han marginado.

3. Gobernar con y para las mujeres de Colombia. 

4. Dialogar con todos y todas, sin excepciones ni exclusiones porque será un gobierno de puertas abiertas. 

5. Escuchar a colombianas y colombianos, porque no se gobierna a distancia, alejado del pueblo y desconectado de sus realidades.

6. Defender a los colombianos y colombianas de las violencias y trabajar para que las familias se sientan seguras y tranquilas.

7. Luchar contra la corrupción con mano firme y sin miramientos. 

8. Proteger nuestro suelo y subsuelo, nuestros mares y ríos, nuestro aire y cielo.

9. Desarrollar la industria nacional, la economía popular y el campo colombiano.

10. Cumplir y hacer cumplir nuestra Constitución. 


Una posesión presidencial nunca antes vista

Seis hechos hicieron de esta posesión presidencial una ceremonia especial, cargada de simbolismo y emoción. La primera, el juramento de Francia Márquez por sus ancestros y ancestras, y "hasta que la dignidad se haga costumbre", que significó nada más y nada menos que la entronización de un discurso alterno en la liturgia de las ceremonias de cambio de mando. Francia alteró para sí, para su asunción en el segundo cargo de importancia en el país, para su circunstancia histórica, la fórmula oficial de juramento, en un acto de soberanía ejercido por una dirigente surgida en las bases populares de uno de los departamentos más olvidados del país.

Foto: Reuters


La segunda, la imposición de la banda presidencial a Gustavo Petro por parte de María José Pizarro, hija del dirigente del M-19 Carlos Pizarro Leongómez, asesinado cuando era candidato presidencial en las elecciones de 1990, y después de haber liderado el proceso que terminó en la dejación de armas de ese movimiento.

Foto Semana


La tercera, la orden del Presidente de la República, acabando de asumir el cargo, de traer al Capitolio Nacional la mítica espada de Bolívar; la misma que el M-19 había extraído de la Quinta de Bolívar 48 años atrás y que fue devuelta al país en 1991 por Antonio Navarro Wolff. Esto después de que el presidente saliente, Iván Duque, se negara la noche anterior a autorizar la salida de la espada de la Casa de Nariño.


La cuarta, la rendición de honores militares al Presidente Gustavo Petro, que si bien es parte del protocolo de la posesión, en esta ocasión tuvo una connotación especial  por la condición de preso político que tuvo el Presidente en los años noventas, y sus tensas relaciones con el estamento militar.

Foto AFP


La quinta, el hecho de haber roto con la costumbre de hacer ceremonias de cambio de mando cerradas a un grupo de invitados especiales, y proponer en cambio una gran fiesta nacional y una plaza abierta que fue colmada por personas de todo el país que vinieron, como yo, a vivir la histórica ocasión. 



La sexta ocurrió antes del 7 de agosto, cuando el Presidente electo participó en una ceremonia de posesión ante las autoridades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, y en Bogotá lo hizo ante autoridades populares, comunitarias, étnicas y de los movimientos sociales. Un acto en el que el Presidente recibió el Mandato Popular, que según expresaron los organizadores, "recoge el sentir del pueblo organizado para el fortalecimiento del poder social."




LA POSESIÓN DESDE LAS CALLES

Texto y fotos: Patricia Iriarte



Semanas antes de la posesión presidencial, el Pacto Histórico hizo saber que en esta ocasión el país iba a vivir una cosa distinta. Se comenzó a hablar de la organización de la ceremonia -si le correspondía al gobierno entrante o al saliente- y de los costos que iba a tener. Se supo, finalmente, que era el gobierno saliente el que estaría a cargo del protocolo y de la lista oficial de invitados, con lo cual quedó descartada la presencia de los presidentes de Nicaragua, Cuba y Venezuela.  Entre tanto, los voceros del gobierno entrante daban detalles sobre la gran fiesta que estaban organizando, con artistas de todo el país invitados a actuar en las diferentes tarimas que se instalarían en Bogotá, y con pantallas gigantes en las principales ciudades para que la gente siguiera en detalle lo que iba a ocurrir en la Plaza de Bolívar. Una programación cuyo costo apenas si superó el valor legal asignado por decreto a la ceremonia de posesión, según explicó la coordinadora del evento, Marisol Rojas.



La plaza, a diferencia de lo sucedido tradicionalmente en los cambios de mando, estuvo en parte reservada para los miembros del gobierno e invitados nacionales y extranjeros, pero también abierta para que todo el que quisiera estuviera presente en el histórico acto. El acto en el que por primera vez en la historia de Colombia un presidente de izquierda asumiría el poder. El resultado fue una plaza abarrotada hasta las banderas, y todo el centro histórico de la capital, en sus cerca de 80 cuadras, ocupado por una muchedumbre eufórica que compartía su alegría y redescubría la esperanza. Danzas, comparsas y disfraces típicos venidos  de los cuatro puntos cardinales del país desfilaban por las calles junto a los ciudadanos que se dieron cita en Bogotá para ser testigos del evento. Les sugerí a mis amigas que nos acercáramos a la tarima de la Cra 7 con 12A para ver al grupo de mujeres de Patapelá, de Sincelejo, al que tengo por uno de los mejores en su línea de cumbia y bullerengue. No alcanzamos a verlas porque la tarima del Parque Santander con entretuvo un rato un grupo caleño de bailarines de salsa, y cuando llegamos a la 12 ya habían terminado su presentación. Pero vi grupos de Casanare, San Andrés y Providencia y Nariño. Y todo transcurrió sin que se presentara un solo hecho violento, un riña o algo que lamentar en toda la jornada.





Yo fui una de las personas que viajó desde el sábado 6 de agosto a Bogotá y me uní el domingo a un combo de amigos para recorrer esas calles festivas hasta las dos de la tarde y luego, juntarnos en una casa para ver la transmisión por televisión, pero el encanto de las calles nos cautivó más de la cuenta y el inicio de la ceremonia nos sorprendió aun en el restaurante donde entramos a almorzar. En los televisores allí instalados vimos cuando el Presidente Petro salió del Palacio de San Carlos de la mano de su esposa Verónica Alcocer, y seguidos de sus hijos  se dirigieron -sin alfombra roja- hasta la Plaza de Bolívar. Las banderas ondearon con vigor, y el coro del “Sí-se-pudo” se levantó como una sola voz. Parecía increíble que estuviéramos viendo esta escena, después de décadas de luchas, de derrotas, de atentados, de magnicidios, de calumnias…




La noche anterior el taxista que nos hizo una carrera a una amiga a mí, nos dijo que había recibido videos en los que Gustavo Petro y Francia Márquez asistían a un rito satánico; que varios de estos ritos se habían realizado en la misma Casa de Nariño, y que ya era bien sabido que los nuevos gobernantes pertenecían a una de esas sectas. Afirmó ser un “estudioso” del tema satánico y que era capaz de detectar si una persona era practicante de alguna de sus variantes, y entonces enumeró: “yoga, feng shui, brujería, vampirismo… etc.” Mi amiga y yo pasamos del estupor a la risa, y entonces recordé la entrevista concedida horas antes por la senadora María Fernanda Cabal a la revista Cambio, en la que la congresista del Centro Democrático declaró, entre otras cosas, que la izquierda colombiana se había “inventado” seis millones de desplazados y seis mil falsos positivos; porque le gusta el número seis, dijo con sorna, “como el diablo, como la bestia.” La derecha, pensé entonces, como siempre, dispuesta a todo, incluso al ridículo con tal de desacreditar a su principal opositor. Pero esta vez no les valió de nada porque por fin el pueblo se había manifestado, derrotando en las urnas el nefasto legado uribista. 



Otro aire, otra luz, otra etapa se estaba respirando ya, junto a la certeza de estar asistiendo a una segunda oportunidad para todos, como dijera el Presidente Petro en su discurso de posesión. Un discurso poderoso, como lo fue también el del presidente del Senado, Roy Barreras. Ellos, junto a la mayoría de los ministros  y ministras designados para ese momento, comenzaron a demostrar desde la primera semana de trabajo, que el nuevo gobierno está en manos de hombres y mujeres que estarán a la altura del reto que les espera: construir una matria más justa, más próspera y más segura para todos, un país donde sea cada vez más posible esa promesa de vivir sabroso




viernes, agosto 26, 2016

Se va la guerra, se va, se va

Comunicado Conjunto Gobierno y FARC-EP: anunciamos que hemos llegado a un Acuerdo Final, integral y definitivo.

Las delegaciones del Gobierno Nacional y de las FARC-EP anunciamos que hemos llegado a un Acuerdo Final, integral y definitivo, sobre la totalidad de los puntos de la Agenda del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera en Colombia.

Preámbulo

Recordando que los diálogos de La Habana entre delegados y delegadas del Gobierno Nacional, presidido por el Presidente Juan Manuel Santos y delegados y delegadas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, con la decisión mutua de poner fin al conflicto armado nacional, tuvieron origen como resultado del Encuentro Exploratorio sucedido en la capital de la República de Cuba entre el día 23 de febrero y el día 26 de agosto de 2012;

Teniendo presente que como resultado de los diálogos exploratorios referidos se produjo un Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, firmado en la fecha última citada ante testigos nacionales y ante delegados de la República de Cuba y del Reino de Noruega que sirvieron igualmente como testigos, y que, desde entonces, asienten el proceso como países garantes; 

Poniendo de presente que la República Bolivariana de Venezuela y la República de Chile se han aprestado en todo momento a sus buenos oficios como países acompañantes; 

Recordando que en desarrollo de la agenda aprobada en el Acuerdo en mención se dio inicio a la Mesa de Conversaciones el día 18 de octubre de 2012 en la ciudad de Oslo, capital del Reino de Noruega, para luego continuar en la capital cubana sin solución de continuidad hasta el día de hoy que se firma el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera;

Subrayando que el Acuerdo Final que se suscribe en la fecha corresponde a la libre manifestación de la voluntad del Gobierno Nacional y de las FARC-EP, al haber obrado de buena fe y con la plena intención de cumplir lo acordado;

Teniendo presente que el Artículo 22 de la Constitución Política de la República de Colombia impone la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento; que el Artículo 95 afirma que  la calidad de colombiano enaltece a todos los miembros de la comunidad nacional por lo que es deber de todos engrandecerla y dignificarla; que el ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Constitución implica responsabilidades, entre ellas, propender al logro y mantenimiento de la paz; 

Subrayando que la paz ha venido siendo calificada universalmente como un derecho humano, y requisito necesario para el ejercicio de todos los demás derechos y deberes de las personas y la ciudadanía;

Poniendo de presente que el Acuerdo Final recoge todos y cada uno de los acuerdos alcanzados sobre la Agenda del Acuerdo General suscrito en La Habana en agosto de 2012; y que para alcanzarlo el Gobierno Nacional y las FARC-EP siempre y en cada momento nos ceñimos al espíritu y respeto de la Constitución Nacional, de los principios del Derecho Internacional, del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, del Derecho Internacional Humanitario (Convenios y Protocolos), de lo mandado por el Estatuto de Roma (Derecho Internacional Penal), de los fallos proferidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos relativos a los conflictos y su terminación, y demás sentencias de competencias reconocidas universalmente y pronunciamientos de autoridad relativos a los temas suscritos;

Recordando que el Artículo 94 manifiesta que “la enunciación de los derechos y garantías contenidos en la Constitución y en los convenios internacionales vigentes, no debe entenderse como negación de otros que, siendo inherentes a la persona humana, no figuren expresamente en ellos”, que los tratados sobre derechos humanos, aprobados por el Congreso, y que no pueden ser suspendidos ni siquiera durante los estados de excepción, prevalecen en el orden interno;

Poniendo en consideración que la suma de los acuerdos que conforman el Acuerdo Final contribuyen a la satisfacción de derechos fundamentales como son los derechos políticos, sociales, económicos y culturales, y los derechos de las víctimas del conflicto a la verdad, la justicia  y la reparación, el derecho de los niños, niñas y adolescentes, el derecho fundamental de la seguridad jurídica individual o colectiva y la seguridad física, y el derecho fundamental de cada individuo en particular y de la sociedad sin distingos en general, a la no repetición de la tragedia del conflicto armado interno que con el presente Acuerdo se propone superar; 

Subrayando que el Acuerdo Final presta especial atención a los derechos fundamentales de las mujeres, los de los grupos sociales vulnerables como son los pueblos indígenas, las niñas, niños y adolescentes, las comunidades afrodescendientes y otros grupos étnicamente diferenciados; los derechos fundamentales de los campesinos y campesinas, los derechos esenciales  de las personas en condición de discapacidad y de los desplazados por razones del conflicto; los derechos fundamentales de las personas adultas mayores y de la población LGBTI;

Considerando que a juicio del Gobierno Nacional las transformaciones que conlleva la implementación del presente Acuerdo deben contribuir a reversar los efectos del conflicto y a cambiar las condiciones que han facilitado la persistencia de la violencia en el territorio; y que a juicio de las FARC-EP dichas transformaciones deben contribuir a solucionar las causas históricas del conflicto, como la cuestión no resuelta de la propiedad sobre la tierra y particularmente su concentración, la exclusión del campesinado y el atraso de las comunidades rurales, que afecta especialmente a las mujeres, niñas y niños.

Valorando y exaltando que el eje central de la paz es impulsar la presencia y la acción eficaz del Estado en todo el territorio nacional, en especial en múltiples regiones doblegadas hoy por el abandono, por la carencia de una función pública eficaz, y por los efectos del mismo conflicto armado interno; que es meta esencial de la reconciliación nacional la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo y bienestar territorial para beneficio de amplios sectores de la población hasta ahora víctima de la exclusión y la desesperanza; 

Reconociendo los derechos de la sociedad a una seguridad humana integral con participación de las autoridades civiles;

Exaltando y consagrando la justicia prospectiva en tanto reconoce derechos fundamentales esenciales para las nuevas y futuras generaciones como son el derecho a una tierra preservada, el derecho a la preservación de la especie humana, el derecho a conocer sus orígenes y su identidad, el derecho a la exención de responsabilidades por las acciones cometidas por las generaciones precedentes, el derecho a la preservación de la libertad de opción, y otros derechos, sin perjuicio de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación; 

Recordando que el pasado 23 de junio del año en curso, las Delegaciones del Gobierno Nacional y de las FARC-EP suscribieron en la capital cubana los acuerdos de Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y Dejación de las Armas y Garantías de Seguridad, en presencia del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, del Secretario General de Naciones Unidas, del Presidente de la Asamblea General de la ONU, del Presidente del Consejo de Seguridad de la misma organización, del Ministro de Relaciones Exteriores del Reino de Noruega, de los Jefes de Estado de los países acompañantes,  de Jefes de Gobierno de países de la región, del Enviado Especial de los Estados Unidos de América y del Representante Especial de la Unión Europea;

Aceptando que las normas de derecho internacional consuetudinario continuarán rigiendo las cuestiones relacionadas con derechos fundamentales no mencionados en el Acuerdo Final, incluyendo el mandato imperativo que ordena que “en los casos no previstos por el derecho vigente, la persona humana queda bajo la salvaguardia de los principios de humanidad y de la exigencias de la conciencia pública”; 

Reconociendo el mandato constitucional que afirma que corresponde al Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa convenir y ratificar acuerdos de paz; 

El Gobierno de la República de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, hemos acordado:

Suscribir el presente Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, cuya ejecución pondrá fin de manera definitiva a un conflicto armado de más de cincuenta años y que a continuación se consigna.

El presente Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera se suscribe por el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP), como Acuerdo Especial en los términos del artículo 3 común a los Convenios de Ginebra de 1949.

El Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP), firman siete originales incluidos sus anexos, uno para cada una de las partes, uno para cada uno de los países garantes y uno para cada uno de los países acompañantes. El séptimo ejemplar original se depositará inmediatamente tras su firma, ante el Consejo Federal Suizo en Berna o ante el organismo que lo sustituya en el futuro como depositario de las Convenciones de Ginebra.


INTRODUCCIÓN

Luego de un enfrentamiento de más de medio siglo de duración, el Gobierno Nacional y las FARC-EP hemos acordado poner fin de manera definitiva al conflicto armado interno. 

La terminación de la confrontación armada significará, en primer lugar, el fin del enorme sufrimiento que ha causado el conflicto. Son millones los colombianos y colombianas víctimas de desplazamiento forzado, cientos de miles los muertos, decenas de miles los desaparecidos de toda índole, sin olvidar el amplio número de poblaciones que han sido afectadas de una u otra manera a lo largo y ancho del territorio, incluyendo mujeres, niños, niñas y adolescentes, comunidades campesinas, indígenas, afrocolombianas, negras, palenqueras, raizales y rom, partidos políticos, movimientos sociales y sindicales, gremios económicos, entre otros. No queremos que haya una víctima más en Colombia.

En segundo lugar, el fin del conflicto supondrá la apertura de un nuevo capítulo de nuestra historia. Se trata de dar inicio a una fase de transición que contribuya a una mayor integración de nuestros territorios, una mayor inclusión social -en especial de quienes han vivido al margen del desarrollo y han padecido el conflicto- y a fortalecer nuestra democracia para que se despliegue en todo el territorio nacional y asegure que los conflictos sociales se tramiten por las vías institucionales, con plenas garantías para quienes participen en política.

Se trata de construir una paz estable y duradera, con la participación de todos los colombianos y colombianas. Con ese propósito, el de poner fin de una vez y para siempre a los ciclos históricos de violencia y sentar las bases de la paz, acordamos los puntos de la Agenda del Acuerdo General de agosto de 2012, que desarrolla el presente Acuerdo.

El Acuerdo está compuesto de una serie de acuerdos, que sin embargo constituyen un todo indisoluble, porque están permeados por un mismo enfoque de derechos, para que las medidas aquí acordadas contribuyan a la materialización de los derechos constitucionales de los colombianos; por un mismo enfoque diferencial y de género, para asegurar que la implementación  se haga teniendo en cuenta la diversidad de género, étnica y cultural, y que se adopten medidas para las poblaciones y los colectivos más humildes y más vulnerables,  en especial los niños y las niñas, las mujeres, las personas en condición de discapacidad y las víctimas; y en especial por un mismo enfoque territorial. 

El enfoque territorial del Acuerdo supone reconocer y tener en cuenta las necesidades, características y particularidades económicas, culturales y sociales de los territorios y las comunidades, garantizando la sostenibilidad socio-ambiental; y procurar implementar las diferentes medidas de manera integral y coordinada, con la participación activa de la ciudadanía. La implementación se hará desde las regiones y territorios y con la participación de las autoridades territoriales y los diferentes sectores de la sociedad.
La participación ciudadana es el fundamento de todos los acuerdos que constituyen el Acuerdo Final. Participación en general de la sociedad en la construcción de la paz y participación en particular en la planeación, la ejecución y el seguimiento a los planes y programas en los territorios, que es además una garantía de transparencia. 

Además, la participación y el diálogo entre los diferentes sectores de la sociedad contribuyen a la construcción de confianza y a la promoción de una cultura de tolerancia, respeto y convivencia en general, que es un objetivo de todos los acuerdos. Décadas de conflicto han abierto brechas de desconfianza al interior de la sociedad, en especial en los territorios más afectados por el conflicto. Para romper esas barreras se requiere abrir espacios para la participación ciudadana más variada y espacios que promuevan el reconocimiento de las víctimas, el reconocimiento y establecimiento de responsabilidades, y en general, el reconocimiento por parte de toda la sociedad de lo ocurrido y de la necesidad de aprovechar la oportunidad de la paz.  

Por lo anterior, el Gobierno de Colombia y las FARC-EP, con el ánimo de consolidar aún más las bases sobre las que edificará la paz y la reconciliación nacional, una vez realizado el plebiscito, convocarán a todos los partidos, movimientos políticos y sociales, y a todas las fuerzas vivas del país a concertar un gran ACUERDO POLÍTICO NACIONAL encaminado a definir las reformas y ajustes institucionales necesarios para atender los retos que la paz demande, poniendo en marcha un nuevo marco de convivencia política y social.


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El Acuerdo Final contiene los siguientes puntos, con sus correspondientes acuerdos, que pretenden contribuir a las transformaciones necesarias para sentar las bases de una paz estable y duradera.   
El Punto 1 contiene el acuerdo “Reforma Rural Integral”, que contribuirá a la transformación estructural del campo, cerrando las brechas entre el campo y la ciudad y creando condiciones de bienestar y buen vivir para la población rural. La “Reforma Rural Integral” debe integrar las regiones, contribuir a erradicar la pobreza, promover la igualdad y asegurar el pleno disfrute de los derechos de la ciudadanía. 

El Punto 2 contiene el acuerdo “Participación política: Apertura democrática para construir la paz”. La construcción y consolidación de la paz, en el marco del fin del conflicto, requiere de una ampliación democrática que permita que surjan nuevas fuerzas en el escenario político para enriquecer el debate y la deliberación alrededor de los grandes problemas nacionales y, de esa manera, fortalecer el pluralismo y por tanto la representación de las diferentes visiones e intereses de la sociedad, con las debidas garantías para la participación y la inclusión política. 

En especial, la implementación del Acuerdo Final contribuirá a la ampliación y profundización de la democracia en cuanto implicará la dejación de las armas y la proscripción de la violencia como método de acción política para todas y todos los colombianos a fin de transitar a un escenario en el que impere la democracia, con garantías plenas para quienes participen en política, y de esa manera abrirá nuevos espacios para la participación. 

El Punto 3 contiene el acuerdo “Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y la Dejación de las Armas”, que tiene como objetivo la terminación definitiva de las acciones ofensivas entre la Fuerza Pública y las FARC-EP, y en general de las hostilidades y cualquier acción prevista en las reglas que rigen el Cese, incluyendo la afectación a la población, y de esa manera crear las condiciones para el inicio de la implementación del Acuerdo Final y la dejación de las armas y preparar la institucionalidad y al país para la reincorporación de las FARC-EP a la vida civil.

Contiene también el acuerdo “Reincorporación de las FARC-EP a la vida civil –en lo económico, lo social y lo político- de acuerdo con sus intereses”. Sentar las bases para la construcción de una paz estable y duradera requiere de la reincorporación efectiva de las FARC-EP a la vida social, económica y política del país. La reincorporación ratifica el compromiso de las FARC-EP de cerrar el capítulo del conflicto interno, convertirse en actor válido dentro de la democracia y contribuir decididamente a la consolidación de la convivencia pacífica, a la no repetición y a transformar las condiciones que han facilitado la persistencia de la violencia en el territorio. 

El Punto 3 también incluye el acuerdo sobre “Garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores y defensoras de derechos humanos, movimientos sociales o movimientos políticos, incluyendo las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz”. Para cumplir con este fin, el acuerdo incluye medidas como el Pacto Político Nacional; la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad; la Unidad Especial de Investigación; el Cuerpo Élite en la Policía Nacional; el Sistema Integral de Seguridad para el Ejercicio de la Política; el Programa Integral de Seguridad y Protección para las Comunidades y Organizaciones en los Territorios; y las Medidas de Prevención y Lucha contra la Corrupción.

El Punto 4 contiene el acuerdo “Solución al Problema de las Drogas Ilícitas”. Para construir la paz es necesario encontrar una solución definitiva al problema de las drogas ilícitas, incluyendo los cultivos de uso ilícito y la producción y comercialización de drogas ilícitas. Para lo cual se promueve una nueva visión que dé un tratamiento distinto y diferenciado al fenómeno del consumo, al problema de los cultivos de uso ilícito, y a la criminalidad organizada asociada al narcotráfico, asegurando un enfoque general de derechos humanos y salud pública, diferenciado y de género. 

El Punto 5 contiene el acuerdo “Víctimas”. Desde el Encuentro Exploratorio de 2012, acordamos que el resarcimiento de las víctimas debería estar en el centro de cualquier acuerdo. El acuerdo crea el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, que contribuye a la lucha contra la impunidad combinando mecanismos judiciales que permiten la investigación y sanción de las graves violaciones a los derechos humanos y las graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario, con mecanismos extrajudiciales complementarios que contribuyan al esclarecimiento de la verdad de lo ocurrido, la búsqueda de los seres queridos desaparecidos y la reparación del daño causado a personas, a colectivos y a territorios enteros.

El Sistema Integral está compuesto por la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición; la Unidad Especial para la Búsqueda de Personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado; la Jurisdicción Especial para la Paz; las Medidas de reparación integral para la construcción de la paz; y las Garantías de No Repetición. 

El Punto 6 contiene el acuerdo “ Mecanismos de implementación y verificación” en el que se crea una “Comisión de implementación, seguimiento y verificación del Acuerdo Final de Paz y de resolución de diferencias”, integrada por  representantes del Gobierno Nacional y de las FARC-EP con el fin, entre otros, de hacer seguimiento a los componentes del Acuerdo y verificar su cumplimiento, servir de instancia para la resolución de diferencias, y el impulso y seguimiento a la implementación legislativa.

Adicionalmente crea un mecanismo de acompañamiento para que la comunidad internacional contribuya de distintas maneras a garantizar  la implementación del Acuerdo Final y en materia de verificación se pone en marcha un modelo con un componente internacional integrado por los países que durante el proceso han tenido el papel de garantes y acompañantes y dos vocerías internacionales, todo ello soportado en la capacidad técnica del Proyecto del Instituto Kroc de Estudios Internacionales de Paz de la Universidad de Notre Dame de los Estados Unidos. 

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Las delegaciones del Gobierno Nacional y de las FARC-EP reiteramos nuestro profundo agradecimiento a todas las víctimas, las organizaciones sociales y de Derechos Humanos, las comunidades incluyendo los grupos étnicos, a las organizaciones de mujeres, a los campesinos y campesinas, a los jóvenes, la academia, los empresarios, la Iglesia y comunidades de fe, y en general a los ciudadanos y ciudadanas que participaron activamente y que a través de sus propuestas contribuyeron al  Acuerdo Final. Con su participación lograremos la construcción de una paz estable y duradera.

http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/procesos-y-conversaciones/Paginas/Preguntas-y-respuestas-sobre-el-Acuerdo-Final.aspx


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