Aquí a Rincón del Mar, un lugar maravilloso de la costa sucreña a donde vinimos a descansar un par de días en vísperas del Bicenternario, también ha llegado el malentendido progreso, esta vez -una y otra vez, sin que tengan la exclusiva del desastre- de la mano de la colonización paisa.
La primera noche, los residentes del lugar nos enteran de la última novedad: un conocido personaje de la región se dio a la tarea de talar un área de manglar tan grande como dos canchas de fútbol, a escasos metros de la línea costera porque piensa instalar allí un negocito: no se sabe si es un condominio o una hacienda ganadera, pero de todas maneras es algo que generará "empleo" y traerá "progreso". Qué clase de progreso?
Lo que todos sabemos es que este tipo de desarrollo lo que hace con una mano lo borra con el codo, pero en nuestro caso, comienza borrando y termina borrando. Borrando vida, borrando belleza, borrando cultura.
domingo, julio 18, 2010
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