Fotografía de Patricia Iriarte
Agachada durante más de cinco minutos sobre la imaginaria cuna de su nieto, cantó Drume negrito con la autenticidad y la ternura de una abuela, y con el aguaje de toda su vida, Omara cantó y bailó sones y guarachas que hicieron mover al público de su butaca y vitorearla hasta hacerla salir por tercera vez al escenario.
Solo hubo un momento en que flaqueó su actuación y fue cuando leyó en el atril, de forma no muy afortunada, la letra O que será y un par de piezas del repertorio que no tenía en su memoria. Aunque esto no alcanzó a opacar el show, no se espera en una artista de su talla, que ha tenido momentos tan memorables como el
concierto del 5 de julio de 2004 en el Festival Classic Open Air, donde cantó para más de 7.000 personas acompañada por 62 músicos de la Sinfónica de Berlín, además de su propia banda.
Gracias a Omara Portuondo y a su fantástico grupo por el hermoso concierto del viernes en Barranquijazz.
Se encuentra excelente información bio-discográfica sobre esta artista en los sitios http://www.omaraportuondo.com y www.montuno.com/omara_portuondo.html
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