jueves, noviembre 25, 2010

Mujeres poetas, reuníos


XVII Encuentro Nacional e Internacional de Mujeres Poetas
XVII National and International Meating of Woman Poets
 Homenaje a Clemencia Ttariffa – in memoriam
Cereté, noviembre 25 al 28 de 2010

Con la participación de 31 poetas de Colombia, Serbia, Eslovenia, México, Venezuela, España, Suiza, Dinamarca y Puerto Rico, comienza hoy esta importante cita con la poesía que organiza cada año el Centro Cultural Raúl Gómez Jattin de Cereté, Córdoba.

Ana Ristovic, Mairym Cruz-Bernal, Rosa Anca, Stanka Hrastelj, Marie Silkeberg, Marusa Krese y Thelma Jaet Garibaldi, Orietta Lozano, Tallulah Flores, Eugenia Sánchez Nieto, Margarita Vélez, Yirama Castaño, Margarita Galindo, Mery Yolanda Sánchez, Lindantonella Solano, Patricia Iriarte y Beatriz Vanegas, entre otras.


La programación general del evento se inició desde el 22 de noviembre con los talleres de Creación Poética de Marga López y Claudia Patricia Silgado dirigidos a niños (as) y  jóvenes, y este jueves 25 a las 10 de la mañana continúa con un recital poético en la Casa de la Mujer de Cereté. A las 7:30 de la noche en el Auditorio del Centro Cultural Raúl Gómez Jattin es el Acto Inaugural en Homenaje a Clemencia Tariffa, con un recital de las poetas invitadas y un concierto de flauta traversa a cargo de Madame Gorgona de México.

El viernes 26 a las 9:30 a.m. el poeta Hernán Vargascarreño, ofrecerá la conferencia Clemencia Tariffa o la tragedia hecha poesía,  y posteriormente se hará el lanzamiento del libro Colombia en la poesía colombiana. Los poemas cuentan la historia.  Premio Literaturas del Bicentenario. 2010, a cargo de su editora, Luz Eugenia Sierra.

sábado, noviembre 20, 2010

Proyectos que hacen Región


Biblioteca María Mulata Lectora, en Rincón del Mar, Sucre

Un proyecto que transforma jóvenes a través del arte, la cultura y el medio ambiente. 

En octubre pasado un grupo de artistas y miembros de la biblioteca estuvo en ciudad de México representando a Colombia en el Encuentro Iberoamericano de Educación Artística y Cultura,  luego de que la experiencia fuera reconocida por la Organización de Estados Iberoamericanos como una de las mejores iniciativas de Educación Artística No Formal de Colombia.


¡Vale la pena conocerla y ayudarla a volar!

lunes, noviembre 15, 2010

Textos para conjurar la lluvia



No recuerdo en toda mi vida haber conocido un invierno tan largo. Recuerdo aguaceros torrenciales, prolongados, tercos; aguaceros imborrables, como aquel que me atrapó en una pequeña cabaña del Tayrona hace unos años y que me hizo conocer la claustrofobia. Fantasié, tras cinco horas de agua continua, con que era el comienzo del segundo diluvio en la historia de la humanidad y que tendríamos que salir en medio de la lluvia a buscar comida hasta que solo quedaran las raíces desnudas de los árboles y los peces chapoteando en las aceras inundadas.

Ahora es este invierno desbordado que ensancha ríos, que horada tierras y que amenaza cimientos y paredes. Agua que desconcierta al mar, agua que todo lo cubre con su verdín paciente. Humedad que se convierte en moho, lama, musgo, hongo, manchas, óxido infame, maderas podridas.

Agua. Lluvia. Aguacero. Arroyos charcos paraguas improperios ruegos hasta cuándos. Poemas que brotan y reverdecen.




El discurso del agua

Lluvia alfabeto
lluvia lenguaje
lluvia cascada de sentidos.

Discurso que el agua pronuncia
gota a gota
sin pausa, sin prisa
sin notar nuestra existencia.
sin misericordia entonces
ni sombra de arrepentimiento.






Romance de ciudad y lluvia

Ahora es la una y veinte de la tarde y llueve con ganas,
como casi nunca llueve en Bogotá. Me gustaría estar contigo, aquí o enfrente de cualquier ventana, mirando esta persiana de agua que se descuelga sobre la ciudad. Me gustaría mirarla abrazada a ti, para conjurar esta nostalgia y el frío que viene siempre con las tardes lluviosas.

Llueve con ganas, y mientras la ciudad se deja querer
por el agua, yo me muero de ganas de quererte y de cubrirte
de besos húmedos. De miles y miles de besos que caigan
sobre ti, como aguacero.

Dl libro Territorio de Delirio (1998)

lunes, noviembre 01, 2010

La poesía de Margarita Vélez


Margarita Vélez Verbel nació en Corozal (Sucre) y estudió Derecho en la Universidad de Cartagena. En 1995 publicó el libro de poemas Los ángeles sólo bajan una vez, con el que ganó la convocatoria del Instituto Distrital de Cultura y Deporte de Cartagena, ciudad en la que vive desde muy joven, y en el 2007 su segundo poemario, Del polvo y el olvido, editado por la autora y la Editorial Pluma de Mompox.

Tiene inéditos otros dos libros de poemas: El libro de las destrucciones y Espinas y cenizas, y uno de ensayo, Religión, sexo y misoginia. 

Con esta selección revisada y autorizada por la autora, Cantaclaro continúa divulgando el trabajo literario de los escritores y escritoras caribeñas cuya obra, como esta de Margarita Vélez, sobresale por su fuerza y calidad. Juzguen ustedes mismos, pues esta poesía habla por sí misma, y queda resonando...



DEL LIBRO “DEL POLVO Y EL OLVIDO” (2007)


Palabras

Necesito decir algo:
que el alma se me tuerce,
que me corren ríos,
que muero,
que no soy sólo un montón de huesos
que envejecen con el tiempo.
Necesito algo más que este día
que transcurre y cae al vacío.
Algo más para no desbordarme ansiosamente
entre autos y gente que marcha y se hunde,
para no perderme entre horas de desesperanzas
y de hormigas que luchan contra el hambre.
Necesito sueños grandes que alivien mi vacío
que me llenen mientras caigo.




Universo

Ya que he sido todos los hombres
y he padecido todas las afrentas
en este único cuerpo y en este único tiempo.
Ya que he esperado con una esperanza ciega
bien me merezco algún cielo,
alguna piedra donde posar este cansancio.
Bien merezco un día de reposo,
un pan para mi hambre,
un creador menos duro,
una ansiedad más corta.



Gris

En estos días 
en que sufro,
en que he desnudado mi alma a las tormentas,
en que a veces me siento grande
con la soberbia y la rabia que guarda el que soporta,
quisiera encontrar un culpable
a quien poder colgar de un árbol,
un punto, un dios miserable
al que quejarme,
una ira suprema que me parta.




Atravesándome

Me pierdo entre estas cosas repetidas, entre estos
                                       /vahos pestilentes
Me deprimo
pobre de mí que soy mi verdugo de día y de noche.
Pobre de mí que he bebido de otras aguas
                             /y me consume otra sed.
Mas me valdría, de un salto, atravesarme
                             /como un alfiler
a una mariposa



Un río

En algún momento el alma reposa
y es como una bestia pastando,
como un río.
Es entonces bella con todas sus torceduras,
Dejándose tender las trampas de la nostalgia.
En algún momento el alma es plena y solitaria
y se basta a sí misma
como el cuerpo al placer.
Entonces se siente la vida,
el agua fuera de su cauce
enseñando otros caminos,
seducida por su propio canto.
Toma con igual goce su dulce y su veneno.



Del polvo y el olvido

Cuando me haya marchado
y sólo quede el polvo
alguien por mí quedará en esta rueda
repitiendo cada cosa, cada acto.
Se llamará distinto
y jamás habrá escuchado mi nombre
pero soñará y sufrirá igual.
Librará consigo las mismas batallas
y pretenderá cosas que nunca hallará.
Estará cansado al final
y yo no le conoceré.
Le entregaré parte de mi mortalidad
como una hoja se entrega al viento.
Como la hierba a cada cosa que en ella crece.
Cuando me haya marchado
y todo se repita en otro,
habré resucitado sin gloria
del polvo y el olvido.
Vendré a treparme en otra mortalidad dolorosa
a usurpar otro espacio y otro aliento.


POEMAS DEL LIBRO  "EL LIBRO DE LAS DESTRUCCIONES"


Las sopas

Recuerdo bien a mi madre con su crucifijo de pepitas,
con su rosario en la mano.
la recuerdo repitiendo sus avemarías
y explicándole a sus hijos las bondades del reino venidero
que nos atraería su dios judío.
La recuerdo son la huella de una trompada que le diera mi padre en el ojo
diciéndonos que dios era justo.
La recuerdo con su resignación cristiana, con su urbanidad de Carreño,
con la cartilla del padre Astete mientras hacia las sopas.
la recuerdo con sus ojos escrutadores, investigando lo que ocurría
en el fondo de mi alma, para impedir que juzgara, que cuestionara, que luchara,
que pensara, que viera la mierda hasta el cuello en que estaba untada aquella familia, toda la indignidad que reinaba entre esas cuatro paredes.
La recuerdo con su moral cristiana, con su moral de perros
la recuerdo metiéndome por los ojos su puto cristianismo.



Herencia familiar

Para Carmen Sofia Verbel , mi madre.
para Sara Duque Bonoli (In memoriam )


Cómo me duelen mi madre y mis abuelas.
Cómo me duelen sus mundos reducidos al fogón y a las salas de parto,
sus vidas envilecidas, sus esclavitudes.
Pobres seres reducidos, pobres mariposas de llanto.
Cuánta violencia les pesa,
cuánta violencia agazapada en los cuartos,
en sus faldas, en sus cópulas de goce exclusivo del macho.
Cuánto silencio se cierne sobre sus hijos procreados y paridos a la fuerza,
como un doloroso hierro clavado al vientre.
Cuánta mierda escondida bajo el techo,
entre la manteca caliente y el café en las mañanas.
cuánta podredumbre.

Los rumbos de Sara Harb   Por Patricia Iriarte   Me sumergí en él, salí, pasaron días. Lo retomé y volví a leer uno de los últimos c...