Naturaleza
no es lo que vemos
Emily Dickinson (1830-1866)
Dije, río. Fluyeron las aguas del diluvio. Fueron ahogadas
las razas. Sobre las primeras tierras emergidas y chorreantes, cruzó un pájaro.
Dije, selva. Torrencial follaje, explosiones de verdor,
vahos zumbantes, tibieza de matriz. El silencio sin rostro y con cuerpo de
hormigas voraces, aullaba entre pieles de sierpes como vainas caídas de los
árboles.
Dije, llanura. Giraron embudos de vientos negros. Se quebró
una luz de cristal o de leño seco. Un espejismo de mercurio relucía en el
horizonte.
Dije, luna. Brotaron fuentes e hilillos de leche, se
abultaron humedades, proliferaron hongos, mohos, légamos y se escucharon
grandes caídas de agua.
Fragmento del poema América
de Juan Liscano (1915-2001)
Amar la tierra, amar la vida, cuidar la fuente de vida, la madre tierra.
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