lunes, agosto 17, 2009

Bogotá, mediados del 2009


Opulenta, megalómana, concentradora, desbordante. La ciudad sigue creciendo, alcanza sus límites, se desborda de la meseta donde nació y chorrea por igual pobreza y riqueza hacia las cuatro esquinas cardinales. Entre más rica más bella, entre grande más lenta, entre más moderna más tóxica. Bogotá, la capital de Colombia, crece en altura y en profundidad.



Explosión de grafitis, en la Candelaria,
en la Séptima, la 30, la 15.
Las paredes parecen de pronto grandes salas
de exposición de arte urbano.






















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