Ahora no es el momento de dormirse en los laureles sino de ponerse las pilas para hacer movilización, gestión, cabildeo, es decir, activismo ciudadano, para lograr la aprobación a corto plazo de la ley de ordenamiento territorial.
El trámite de esta ley en el Congreso de la República supondrá, seguramente, de componendas políticas entre las bancadas para canjear apoyos a los proyectos que les interesa aprobar a unos y otros, por lo que habrá que estar muy vigilantes para asegurarnos de que en una de esas nuestros senadores y representantes (que por cierto, siguen siendo los mismos con sus maquinarias demoledoras) no terminen malvendiendo a la región por cualquier plato de lentejas.
Si el próximo gobierno es uribista -como hasta ahora lo parece- y con mayoría de ese partido en las dos cámaras, tendremos que extremar la vigilancia, pues en las últimas horas de una votación decisiva hará lo posible por dividir, por atajar o por tergiversar los textos. La falta de renovación en Cámara y Senado nos obliga a los diferentes sectores de la sociedad civil a ponernos de acuerdo y a ejercer una "marcación" cerrada sobre los agentes políticos de la propuesta. Y nos obliga también a reclamar la participación de los movimientos sociales en el debate del proyecto o proyectos de ley que se llevarán al Congreso.
La otra tarea que se impone es propagar el entusiasmo a las otras regiones del país, especialmente en el Sur, para que el Caribe no esté solo en la lucha por la LOOT y la reglamentación de los artículos 306 y 307.
La construcción de una Agenda Regional, para su inclusión en el próximo Plan Nacional de Desarrollo, será clave para darle sentido a la Región que surja de la LOOT. La capacidad negociadora del Caribe se encuentra potenciada por el Voto Caribe.
ResponderBorrarErnesto Blanco