jueves, mayo 29, 2008

Con la lluvia...



"Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.

Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas, inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós."

Julio Cortázar.

jueves, mayo 22, 2008

Las "sociales" de la cultura

Cazados por la lente

Fotos de la multicebración de cumpleaños el viernes 16 a las 12 de la noche en Caza d` Poesía: el de Alvaro Suescún, que cumplió el 15 de mayo, el de Patricia Iriarte, que cumplió el 16 y el de Miguel Iriarte, que el 17 sopló su pocotón de velitas.

Eduardo Márceles, Alvaro Suescún, Miguel Iriarte y Joaquín Mattos: cuatro mosqueteros, dos de ellos con mostachos.


José Rafael Hernández, en una improvisada y estupenda actuación al teléfono que hizo morir de la risa a todos los asistentes.


Y los dos hermanos, que casi cumplen el mismo día (con unos años de diferencia, claro. ¿Cuántos serán?)

domingo, mayo 18, 2008

Re: Señas

Por Mara del Río

Labra Palabra: una revista bien labrada

Llega a su tercer cumpleaños la revista cultural Labra Palabra, publicación auspiciada por la Biblioteca Piloto del Caribe. La ocasión es para felicitar a Carlos Polo y a la trova de bacanes y bacanas que lo acompañan en el diseño y la redacción, y por supuesto, a los gestores culturales Miguel Iriarte y Aníbal Tobón. Esta humilde lectora encuentra en esta edición una revista que madura, que se embellece y que consiente a sus lectores con buenos contenidos. La selección está cada vez mejor y la revista muestra, enseña, entretiene, con cuento, poesía, crítica, ensayo y reseña. En el número anterior se destaca el excelente artículo de Carlos Polo sobre Easton Ellis, la sección de poesía, las páginas de Better (que hace honor a su apellido) y el notable trabajo de diseño de Devinso Jiménez (super-bueno). Este tercer número, aunque aún lo estoy leyendo, me ha deleitado con varios platos fuertes y tiene otros que prometen mucha diversión. Sólo un llamado de atención para la edición final de los textos, ya que la diagramación o una falta de corrección puede alterar la estructura de los textos poéticos o afectar a los autores y títulos de las obras. La revisión de los autores siempre es deseable para que la publicación sea fiel a la obra artística.

Y hablando de revistas en la ciudad, no se puede dejar de lamentar la desaparición de El Extra, el proyecto comandado por Hipólito Palencia que tras las dificultades económicas y de equipo tuvo que cerrar sus páginas. El Extra había logrado, con la participación de Raimundo Alvarado, Horacio Brieva, Pedro Lara, Joaquín Matos y un grupo de jóvenes periodistas, consolidar una línea editorial basada en la investigación más allá de la noticia. Alentó también la crónica policial, la opinión, el análisis y los reportajes especiales sobre temas de actualidad, lo mismo que temáticas poco usuales en los medios periodísticos de la región. Sería interesante analizar las circunstancias que llevaron a la desaparición de esta revista, a fin de aprender de esta experiencia.

Con mirada de mujer

Otra empresa cultural de la ciudad que evoluciona y aprende es Alfa Beta Producciones, la productora local de La Cita, Esquiletto y ahora, Miradas Urgentes, cortometraje presentado en abril en la Cinemateca del Caribe. Esta nueva cinta de Alana Farah cuenta con un elenco de lujo, una muy buena factura técnica, una historia atractiva, una acertada dirección, excelente montaje, bella fotografía e impecable sonido. Es decir, lo tiene todo para dejarnos muy bien representados “en el interior del país”. El 20 de mayo es la fecha de presentación en In-Vitro, en Bogotá, y seguramente estará en varias muestras y competencias nacionales.

Quienes han tenido el gusto de trabajar con este equipo saben de su profesionalismo y del empeño que ponen Alana y Berta en sus creaciones. Sólo una debilidad le encuentro al corto (como simple aficionada al séptimo arte): sentí que faltó algo en el ritmo dramático, eché de menos un climax y resolución del conflicto, un momentum en la narración.


25 años de performance

Alfonso, el incansable Alfonso Suárez, arriba a su primer cuarto de siglo como artista plástico. Han sido 25 años a la vanguardia del performance en la región, con destacada figuración en la escena nacional. Y si la lista de obras de su hoja de vida es impresionante, no lo es menos la cantidad y variedad de obras que tiene listas para estrenar. Sus enormes cuadernos de notas rebosan imágenes, ideas y apuntes de vestuarios, personajes, escenarios y maniquíes. Como la libreta del escritor, sus álbumes expresan un mundo interior capaz de encontrar múltiples maneras de expresarse, siempre dentro del lenguaje y el instrumento del cuerpo.

La celebración de esta retrospectiva arrancó el 19 de abril con la presentación de Fantasmata, en Lunabril, y dicen que tiene programadas varias obras de su repertorio en diferentes sitios de la ciudad para los próximos meses, incluyendo una que nadie se querrá perder…

Más sobre rabodeaji

No sé si esta revista virtual tenga versión impresa, pero lo que es su sitio web es una interesante sorpresa: Rabodeají. Sólo les digo que la abran desde www.rabodeaji.com y verán. Una verdadera apuesta estética, en todas sus dimensiones. Hecha en Medellín. Para muestra de su temperamento un botón, de su página de créditos:

"Durante algunos conciertos, los grupos musicales acostumbran hacer de la presentación de sus integrantes un monótono repaso de nombres y exhibición de habilidades. Concientes de ello hemos decidido prescindir de tal fórmula para introducir a quienes hacen posible esta rabodeají. El paseíllo inicial de toreros y cuadrillas, con la desmesurada importancia del matador, tampoco se ajusta a la naturaleza de una publicación en la que todos toman el riesgo de una cornada. Enumerar sobriamente nombres, estudios y obra, nos dejaría en mala posición frente a los dos últimos apartados. Un cártel de organización criminal podría resultar gracioso, pero la verdad ese chiste de organigrama con capo y lugartenientes está un poco gastado. Qué necedad, enumeración de fórmulas de enumeración. Lo mejor será cumplir con la tarea apelando a la escolar injusticia del orden alfabético." Y sigue con la lista de “los que se dejaron encantar por la serpiente”.

miércoles, mayo 14, 2008

Homenaje a un nadaísta

“La eternidad tiene tiempo de esperarme”, nos contestaba el poeta Jaime Jaramillo Escobar desde la ducha, cuando desconcertados por los escritos que encontrábamos diariamente sobre su parca mesa, le afanábamos por la publicación de sus “Poemas de la Envidia”, que al final fueron “…de la “Ofensa”, en ese Cali caliente de hace 30 años donde los escribiera desnudo. Porque en escribir desnudo, confesaría más tarde al inquisidor Gonzalo, radicaba el secreto de su estilo.

Jotamario Arbeláez

Su obra está publicada en Alheña & azúmbar (1988); Extracto de poesía (1982); Los poemas de la ofensa (1968); Poemas de tierra caliente (1985); Poemas principales (2001); Sombrero del ahogado (1984); X-504, poeta. (Selección y traducción: Paulo Hecker Filho 1987).


----------------------

¿Qué tiene que ver X-504 con http://www.rabodeaji.com/inicio/, un sitio web que se autodedefine también como una "revista de entretenimiento literario "?

¿sabía usted que el poeta Jaime Jaramillo Escobar vivió cuatro años en Barranquilla?


Jueves 15 de mayo, en Velada de Poesía: lecturas de y sobre Jaime Jaramillo Escobar, el famoso agente X504 del movimiento nadaísta y otro de los Grandes poetas colombianos. Con mayúsculas, como suelen ser nuestros invitados.
Diez en punto de la noche, en Caza d Poesía.



Foto tomada de Arquitrave.com

jueves, mayo 01, 2008

A una trabajadora de la palabra

Marvel, tía Marvel


Por Patricia Iriarte


La primera noticia sobre ti la tuve en una sala de cine, cuando fui a ver la película de Fina Torres basada en ese cuento tuyo, Oriane, tía Oriane. El más bello cuento, quizás: una niña, María, explora una casa enorme y vieja, junto al mar; las manos de la tía dibujan figuritas; sus ojos recorren un álbum con fotos color sepia; un columpio mecido por el viento; unos pasos en la noche. Un misterio, un sueño roto por la luz del sol que rasga una habitación en penumbras.

“Sentía deseos de correr al cuarto de su tía y besarla sin decirle nada, vagar por los corredores arrastrando telarañas bajo la mirada cómplice de los espejos, descender ahora que el reloj del vestíbulo anunciaba gravemente la medianoche, así, descalza, caminando en puntillas mientras el viento bamboleaba el columpio y oía con inquietud el crujido de las argollas oxidadas.”

Si vivieras, Marvel, tendrías la edad de una tía abuela y te hubiera escrito una carta dándote las gracias por crear a Oriane, porque a mí me hubiera gustado tener, de niña, una tía silenciosa y serena cuyos ojos pálidos me miraran “con indulgente nostalgia”. Una tía parecida a mí, con las mismas trenzas y los mismos gestos, que se pasara la tarde dibujando figuritas junto a una ventana que mira hacia la playa.

Tendrías 10 años menos que Gabo, que Héctor Rojas, que Alvaro Cepeda, y serías, me temo, una mujer decepcionada. Habrías mantenido una columna en el diario local desde donde lanzabas diatribas furiosas contra los bobales y contra esa doble moral que ya estarías harta de ver; la misma de hace 50 años, imperturbable, impertérrita. Hiciste bien en marcharte; en no volver jamás. De haber sucumbido a la nostalgia de tus tripas tendrías aquí muchos enemigos, y, de todas maneras, un cáncer incurable. Para bien o para mal, la enfermedad se anticipó y te ayudó a escapar antes de que tuvieras que ver más y más gobernantes corruptos asolando la región, más funcionarios ineptos, más mujeres maltratadas y más psicópatas en potencia o, en pleno ejercicio, conduciendo a sus huestes.

Marvel Moreno, la de la pluma malvada, dirían las crónicas locales que se cocinan en los bingos de la 79; la que por fortuna se casó con un cachaco y se fue; la loca, la puta, la que se olía las ollas podridas de su clase social; la que no soportó, la que no quiso vivir más su decadencia. Pero sobre todo, la que denunció sin ascuas la brutalidad de sus hombres:

“Todas las tentativas de Benito Suárez para sacar a Dora de aquella inercia habían fracasado…Un día, por exasperación, quizás, trató de hacerle tragar a la fuerza unos comprimidos y al ver que ella los escupía le partió la boca de un pescozón y amarrándola a la mecedora le inyectó en las venas un supuesto euforizante consiguiendo tan sólo producirle un síncope que la dejó sin conocimiento durante quince horas.”

No podías quedarte, por supuesto. No podías participar ni asistir más a estas escenas. No podías permanecer allí, impotente, estupefacta, frente a la violación de tus amigas, o de las madres de tus amigas. No te culpamos. Pero las cosas siguen sucediendo así, menos veladas, pero en esencia iguales. Y aquí estamos, otra generación más padeciéndolas, pretendiendo ignorarlas, o, por fin, rebelándose contra ellas.

“A través de mi feminismo reacciono contra la opresión. Soy solidaria con las mujeres como lo soy con los negros, los judíos o los árabes cuando son perseguidos o humillados por su condición de seres que presentan características diferentes a las de quienes detentan el poder.” Así le respondió una vez a Jacques Gilard en una entrevista en la que también habló de Barranquilla como una ciudad que se construye y se destruye sin dejar vestigios de lo que alguna vez fue. Una ciudad de fantasmas donde el pasado “no se deja expulsare así no más; queda dando vueltas en lo que se dice, pero, sobre todo, en lo que se calla.”

Sería interesante saber qué diría hoy frente a este presente de construcciones y demoliciones casi frenéticas. El teatro Metro, las casas, las calles, las instituciones: todo cae, en ese afán que ella atribuía al esfuerzo de sus inmigrantes por adaptarse a la nueva vida, y que finalmente despoja a la ciudad de cualquier sentido de perennidad. Ya lo había dicho en su primera novela (traducida al francés como Las damas de Barranquilla) en la voz de Lina Insignares:

Muchas cosas han cambiado al parecer en la ciudad que dejé para siempre después de la muerte de mi abuela. Muchas cosas. Nuestras casas desaparecieron por la misma época en que llegaron a Barranquilla, en camionetas de vidrios azules, los marimberos…que levantarían palacetes de mármol y en nombre de viejas vendettas tribales se dispararían tiros en las calles, antes de ser absorbidos también por la ciudad, como muchos años atrás lo fueron inmigrantes, buhoneros y prófugos de Cayena.”

Ahora son otros los traficantes que levantan palacetes en modernos materiales; son otros los que se matan a tiros sobre los peldaños del negocio, pero estos, como aquellos, terminan siendo absorbidos por la "metrópoli", hoy con Transmetro y aún con arroyos, cuya crónica ella nunca pretendió escribir pero que sin duda retrató, con enorme valor y sensibilidad, en sus más profundos pliegues.

Su obra, de una “lucidez dolorosa” como dijo Juan Goytisolo, es una obra tejida y escrita con alma y sensibilidad de artista. Sí, Marvel lo fue. Una artista nacida en esta tierra; una flor cuya creatividad voló y nos envió, desde lejos, una obra deslumbrante. Sí, Marvel grabó su huella en la memoria de la ciudad. En sus cuentos Barranquilla encuentra un relato de sí misma, un relato que complementa y enriquece el nuestro, el que tenemos todos a partir de su historia y de su punzante realidad cotidiana.

Muchas cosas han cambiado, pero parece que en realidad, nada ha cambiado.

Los rumbos de Sara Harb   Por Patricia Iriarte   Me sumergí en él, salí, pasaron días. Lo retomé y volví a leer uno de los últimos c...