viernes, septiembre 04, 2015

Réquiem para Aylan Kurdi




Qué liviano eras, qué frágil, qué indefenso y cuán inofensivo frente a las máquinas de guerra que acosaron a tus padres hasta hacerlos huir. Con tu familia, tu infancia fue pisoteada, expulsada, arrojada a ese mar que tanto miedo debió causarte. Gritos, llanto, rostros de pavor debieron ser las últimas imágenes que en tus ojos se imprimieron. De repente los brazos de tu madre ya no estaban, de repente flotaste solo y aterrado hasta que las olas golpearon y vencieron al ángel que te guardaba. Sobre la playa amaneció tu cuerpo, que ahora es símbolo, que ahora es bofetada a la conciencia humana, que ahora derriba las puertas que antes te cerraron. A ti, a tu madre, a tu padre, a tu hermano, a millones de seres utilizados en el juego infernal del poder y luego bárbaramente despreciados. Aylan, tu nombre no se borrará de la playa ni de la memoria del mundo.


Patricia Iriarte

1 comentario:

  1. Definitivamente es un llanto poetico ante la inhumanidad. La belleza del texto contrasta con la fealdad de esa realidad.

    ResponderBorrar

Los rumbos de Sara Harb   Por Patricia Iriarte   Me sumergí en él, salí, pasaron días. Lo retomé y volví a leer uno de los últimos c...